pieles no
domingo, 14 de diciembre de 2008
La primera impresión
A mí me ha pasado siempre. Lo que me vale es la primera impresión.Ha habido personas (pocas) que ya de entrada me han dado miedo, un miedo irracional, y no de niña, también de adulta.Es la primera impresión la que casi nunca me engaña.Me suele suceder que esa persona que me había causado mala impresión, luego con el tiempo me he reprochado eso, pues veía que era una persona normal y cabbal. Pero, siempre, siempre, acaba obrabdo de manera que me hace daño, de una forma u otra, y resulta ser un canalla redomado.Por eso me fío al 90% de las primeras impresiones.
Y respecto al retrato que ilustra esta entrada, es un retrato de Velázquez, del Papa Inocenció nosécuantos, y no se distingue su cara por ser la imagen muy pequeña. Pero visto el cuadro de cerca, los ojos, todas sus facciones dicen que esa no es una buena persona,sino un zorro, un intrigante, alguien muy inteligente a quien no conviene tener por enemigo. Cuando estuvo el retrato terminado, el Papa le dijo a Velázquez:"-Troppo vero, troppo vero..."
Eso es ser un buen pintor, retratar también el alma de las personas.
Una mujer, cuando la ví por primera vez, me quede aterrada. No tenía nada de particular, pero me dio miedo. El tiempo me dió la razón.
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