pieles no

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Pieles NO

martes, 28 de julio de 2009

Chiste


Una pareja llevaba muchos años de matrimonio y no había logrado tener familia. Tras consultar varios doctores, sin éxito, fueron a consultar a un especialista muy renombrado, quien, tras muchos estudios ,
les dijo que la única solución era buscarse un padre sustituto.
-¿Y qué es un padre sustituto?-preguntó la señora.
-Es un hombre seleccionado con mucho cuidado y que hace, por una única vez, las funciones del esposo para que la mujer quede embarazada.
La señora vacila un poco; pero su marido le dice al doctor que él no tiene ningún inconveniente con tal de ver realizada su ilusión de convertirse en padre.Pocos días después se contrata a un joven y se hace una cita para que al siguiente domingo por la mañana, cuando se ausente el marido de la casa, vaya y visite a la señora para cumplir su tarea. Sin embargo, sucedió que un fotógrafo de niños había sido llamado a una casa vecina para retratar a un bebé. Por azar del destino, el hombre se equivocó de domicilio llamando al de la señora:
-Buenos días, vengo a por lo del niño.
-Mmm..ssí, pase usted...¿quiere tomar algo?
-No, muchas gracias, el alcohol no es bueno para mi trabajo. Lo que quisiera es comenzar cuanto antes.
-Muy bien, ¿le parece si vamos a la habitación?
-Puede ser allí, pero me gustaría también una aquí, en la sala, dos en la alfombra y una en el jardín.
-¿Pues cuántos van a ser?- se alarmó la señora.
-Ordinariamente son cinco en cada sesión, pero si la mamá coopera pueden ser más, todo depende-dijo mientras sacaba del portafolios un álbum. -Me gustaría que viera antes algo de lo que he hecho. Tengo una técnica muy especial y única que ha gustado mucho a mis clientas, por ejemplo, mire el retrato de este niño tan bonito; lo hice en un parque público, a plena luz del día.¡Cómo se juntó la gente para verme trabajar!.Esa vez me ayudaron dos amigos, porque la señora era muy exigente:Con nada le podía yo dar gusto y quedarle bien. Para colmo, esa vez tuve que suspender el trabajo porque llegó una ardilla y comenzó a mordisquearme el equipo.
La señora, estupefacta, escuchaba todo esto mientras el fotógrafo continuaba:
-Ahora vea estos mellizos.En esa ocasión sí que me lucí, todo lo hice en menos de cinco minutos: Llegué, y ¡paf!, dos tomas y mire los gemelos que me salieron.
La señora estaba cada vez más asustada oyendo al fotógrafo que continuaba:
-Con este niño batallé un poco más, porque la mamá era muy nerviosa. Yo le dije: Mire, señora, usted voltee hacia el otro lado y déjeme hacer todo a mí. Ella se volteó y así pude hacer yo mi trabajo.
A estas alturas, la señora estaba al borde del desmayo. El fotógrafo guardando su álbum le dice:
-¿Quiere que comencemos ya, señora?
-Cuando usted diga...
-Está bien, voy a por mi trípode.
-¿Trípode?- dijo temblando la señora.
-Sí- comenta muy tranquilo el fotógrafo. -Es que mi aparato es muy grande y necesito un trípode para apoyarlo y estabilizarlo, porque ni con las dos manos puedo sostenerlo bien...¿señora? ¿señora? ¡¡señoraaaa!!!

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