pieles no
viernes, 10 de julio de 2009
Hace un año que se liberó a Ingrid Betancourt
Esta señora, con cara de no haber roto un plato en su vida, pasó varios años en la selva secuestrada. Parece una santa, pero su marido no opina igual, porque le pidió el divorcio cuando le soltaron también a él acusándola de liarse con varios de sus secuestradores y haber traicionado a los otros prisioneros. No creo que se tratase del síndrome de Estocolmo, sino del síndrome de supervivencia, lo que me parece muy bien. Ya que tenía que j... allí, al menos divertirse un poco, aunque fuera con sus raptores. El que esté libre de pecado...Esta señora siempre me ha caído bien, me parece atractiva e inteligente. Sacó de donde no había, y se montó un tingladillo para pasarlo lo menos mal posible, aunque saliera con aquella trenza de refugiada desesperada en las fotos de los periódicos y diese tanta pena. Además, cuando llegó a París,lo primero que hizo fué comprarse un reloj Cartier de oro, que consuela mucho de las privaciones pasadas. Muy lista la dama.
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