Los ópalos tienen fama de traer mala suerte. Pero estas cosas que se dicen de las joyas, que unas la traen buena y otras mala, son tonterías. A excepción ¡tal vez! del Koh-i-Nur (montaña de luz, en árabe) pues este famoso diamante trajo desgracias a todo el que lo poseyo, hasta que ahora descansa en un museo y parece que se ha quedado tranquilito. La gente cada vez cree más en fetiches y amuletos, y a mí da risa. Una vez una señora, com la mejor intención del mundo, me regaló una piedra de cuarzo azul diciéndome que la llevase siempre en el bolso, que me traería suerte.Y estaba convencida. Yo, para no hacerle un feo y como era pequeña, más que una castaña, la deslicé en el bolso, pero sin creer una palabra. Ahora ya no sé donde está. En algún bolso, supongo.La gente cada vez es más incrédula en materia de religión, pero como el ser humano necesita creer, se inventan cosas raras. Yo he conocido bastantes ateos que creen en las gilipolladas de curanderos sinvergüenzas.
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