La anaconda, que vive en el Amazonas, un río tan enorme que no se ven las orillas en muchos sitios, solo una de ellas, y es el río más ancho de América del Sur, y solo es superado en longitud por el Mississippi, en América del Norte.
Las anacondas que hay ahora no son tan grandes como las que encontraron los españoles cuando conquistaban esas tierras , pero ya están más que bien. Se pueden comer un hombre entero abriendo las quijadas, y luego están varios meses para digerirlo. No sabemos si sus digestiones son pesadas y si necesitarían tomar bicarbonato para que fueran más rápidas, pero al menos el gusanito se está quieto una temporada y no sale a buscar presas.
Tengo una amiga que nació en Colombia, y su pueblo estaba al lado de un afluente del Amazonas. Su padre trabajaba en una mina y para volver a casa debía atravesar un trozo de selva. Desde luego, era un lugar paradisíaco. Una vez el señor se sintió cansado y se sentó en un tronco para descansar un rato. Pero entonces notó que el tronco se movía, cosa que los troncos no hacen. Miró bien y se había sentado encima de una anaconda que estaba haciendo su digestión, y la pobrecilla debió notar que aquello era demasiado, y que le pusiesen un peso encima era una faena, y a su manera, protestaba. El padre de mi amiga miró mejor y se dio cuenta de que el tronco ¡era una anaconda que pacíficamente descansaba entre la espesa vegetación!. Como es de suponer, el hombre se levantó y se fue del lugar a toda prisa.
Moraleja: Si se van a hacer turismo por la cuenca del Amazonas y quieren descansar un ratito en la selva, antes asegúrense de que su asiento no esté vivo...Menos mal que la lombricilla no tenía hambre y se limitó a protestar a su manera...
Cuenca del Amazonas |
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