Abd-er-Rahman quiere decir "siervo del Compasivo."
Pues él como muy compasivo no era. Hace algún tiempo he venido escribiendo en este mi blog la historia de la España musulmana, con un montón de batallas, traiciones y barbaridades que ocurrían entonces en la Península Ibérica desde que Tarik puso su piececito en Tarifa (este nombre viene de Tarik, claro).
Por fin, con Abderrahman I empezó a aclararse un poco la cosa, pero muy poco. El había salido victorioso de mil batallas y por fin veía cumplidos sus deseos. El proscrito que durante cinco años de vida aventurera había errado de tribu en tribu por los desiertos de Africa, era al fin el dueño de un gran país y sus peores enemigos habían muerto.
Sin embargo, no gozaba de paz en el trono, conseguido con asesinatos y perfidias. Los yemenitas que le habían ayudado no se veían identificados con él, no era uno de los suyos, y esto complicaba mucho la vida a Abderrahman. Pero la suerte que tenía era que sus enemigos no se ponían de acuerdo. Esto es una característica de los árabes, que no saben hacer piña. Siempre se pelean entre ellos.
Este primer califa reinó 32 años, y constantemente tuvo que ocuparse de los ataques y las insidias de yemenitas y bereberes.
Le costó mucho mantenerse en el trono, y sólo le ayudaron algunos jefes adictos y los bereberes que él había traído de Africa.
Una de las peores revueltas que tuvo que sofocar fué la de Hixem ben Ozra, que se había sublevado en Toledo. Se puso a sitiar esta ciudad, pero muchos de los sitiadores, como el sitio ya duraba demasiado, se iban yendo a sus casas con excusas.
Como la situación del emir era cada vez era más crítica, con un gesto teatral encendió una hoguera cerca de la puerta de Sevilla y, reuniendo a 700 de sus fieles, les dijo:
-¡Amigos míos, hay que vencer o morir!.¡ Arrojemos al fuego las vainas de nuestras espadas y juremos morir antes que rendirnos. !!
Todos lo hicieron y se lanzaron al combate con tal ímpetu que los enemigos, después de perder a sus jefes y a 7.000 hombres, huyeron despavoridos.
Abderrahman, irritado, hizo cortar las cabezas de los jefes enemigos , y, queriendo quitar al califa abbasida el deseo de disputarle España, hizo limpiar estas cabezas, llenarlas de sal y alcanfor , y después de colocar en la oreja de cada una un papel indicando el nombre y la categoría de su propietario, y las mandó meter en un saco con el estandarte negro de los Omeyas. Compró a un comerciante de Córdoba para que llevase el saco a Kairuan y lo colocase durante la noche en la plaza del mercado. El comerciante cumplió con su palabra, y cuando los enemigos de Abderrahman vieron la cosa, dijeron que gracias a Dios habían colocado un mar de por medio entre su terrible enemigo y ellos.
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Antes olvidé aclarar que los abbasidas y los omeyas, dos familias nobles de Damasco, se disputaban el poder en Siria, y un día los primeros metieron a los omeyas en una emboscada y los degollaron a todos menos al menor de ellos, que sería después Abderrahman I, que huyó a España y continuó ahí su dinastía.
(Continuará)
Pues él como muy compasivo no era. Hace algún tiempo he venido escribiendo en este mi blog la historia de la España musulmana, con un montón de batallas, traiciones y barbaridades que ocurrían entonces en la Península Ibérica desde que Tarik puso su piececito en Tarifa (este nombre viene de Tarik, claro).
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| Abderrahman I |
Por fin, con Abderrahman I empezó a aclararse un poco la cosa, pero muy poco. El había salido victorioso de mil batallas y por fin veía cumplidos sus deseos. El proscrito que durante cinco años de vida aventurera había errado de tribu en tribu por los desiertos de Africa, era al fin el dueño de un gran país y sus peores enemigos habían muerto.
Sin embargo, no gozaba de paz en el trono, conseguido con asesinatos y perfidias. Los yemenitas que le habían ayudado no se veían identificados con él, no era uno de los suyos, y esto complicaba mucho la vida a Abderrahman. Pero la suerte que tenía era que sus enemigos no se ponían de acuerdo. Esto es una característica de los árabes, que no saben hacer piña. Siempre se pelean entre ellos.
Este primer califa reinó 32 años, y constantemente tuvo que ocuparse de los ataques y las insidias de yemenitas y bereberes.
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| Abderrahman I |
Le costó mucho mantenerse en el trono, y sólo le ayudaron algunos jefes adictos y los bereberes que él había traído de Africa.
Una de las peores revueltas que tuvo que sofocar fué la de Hixem ben Ozra, que se había sublevado en Toledo. Se puso a sitiar esta ciudad, pero muchos de los sitiadores, como el sitio ya duraba demasiado, se iban yendo a sus casas con excusas.
Como la situación del emir era cada vez era más crítica, con un gesto teatral encendió una hoguera cerca de la puerta de Sevilla y, reuniendo a 700 de sus fieles, les dijo:
-¡Amigos míos, hay que vencer o morir!.¡ Arrojemos al fuego las vainas de nuestras espadas y juremos morir antes que rendirnos. !!
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| Abderrahman I |
Todos lo hicieron y se lanzaron al combate con tal ímpetu que los enemigos, después de perder a sus jefes y a 7.000 hombres, huyeron despavoridos.
Abderrahman, irritado, hizo cortar las cabezas de los jefes enemigos , y, queriendo quitar al califa abbasida el deseo de disputarle España, hizo limpiar estas cabezas, llenarlas de sal y alcanfor , y después de colocar en la oreja de cada una un papel indicando el nombre y la categoría de su propietario, y las mandó meter en un saco con el estandarte negro de los Omeyas. Compró a un comerciante de Córdoba para que llevase el saco a Kairuan y lo colocase durante la noche en la plaza del mercado. El comerciante cumplió con su palabra, y cuando los enemigos de Abderrahman vieron la cosa, dijeron que gracias a Dios habían colocado un mar de por medio entre su terrible enemigo y ellos.
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| FOTOS DE DAMASCO, Capital de Siria |
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Antes olvidé aclarar que los abbasidas y los omeyas, dos familias nobles de Damasco, se disputaban el poder en Siria, y un día los primeros metieron a los omeyas en una emboscada y los degollaron a todos menos al menor de ellos, que sería después Abderrahman I, que huyó a España y continuó ahí su dinastía.
(Continuará)
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