Por: Aisha Bewley
Aisha nació entre siete y ocho años antes de la Hijra. Su padre era Abu Bakr, que era dos años y unos meses más joven que el Profeta, la bendición y la paz de Allah sean con él. Abu Bakr fue parte de la caravana en la que el Profeta fue a Siria con su tío, Abu Talib, y se encontró con el monje Bahira a su regreso. Es probable que participase en la guerra de Fiyr, entre las tribus de Quraysh y Hawazin, en la que también participó el Profeta, de esto vemos que él y el Profeta eran vecinos, estando involucrados en los mismos asuntos. Por esto Abu Bakr fue una figura prominente en esos eventos primarios con Muhammad antes de ser Profeta.
Después de que el Profeta se casra con Jadiya, que Allah esté complacido con ella, se mudó a su casa y él y Abu Bakr se convirtieron en vecinos cercanos. Abu Bakr era el líder de los Banu Taym, que era una gran tribu. Tanto el Profeta como Abu Bakr tenían una edad similar, y ambos eran comerciantes y buenos gerentes. Ambos eran hombres de buen corazón que se preocupaban por los demás, tenían un carácter fuerte y bueno y criticaban los males de la sociedad idolatra de ese momento en Makka. Ambos hombres se sentían como espíritus afines, y esto sentó las bases para un vínculo de por vida entre los dos.
Cuando el Profeta, la bendición y la paz de Allah sean con él, recibió el Mensaje por primera vez, Abu Bakr se encontraba en Yemen. A su regreso, cuando escuchó la noticia de que su compañero había declarado el Mensaje, inmediatamente dijo: «Sí, es verdad». Lo reconoció y lo creyó sin vacilación, pregunta o pidiendo pruebas. Y fue la primera persona fuera de la familia inmediata del Profeta en convertirse en musulmán.
Abu Bakr se casó por primera vez con Qutayla bint ‘Abd al-‘Uzza de Banu’ Amir y ella dio a luz Asma’ y ‘Abdullah. Asma’ es una dama muy conocida; ella es la que, cuando salieron a la Hijra, rompió su cinturón en dos para poner las provisiones en los camellos, y debido a esto se la conoce como «La de los Dos Cinturones». Abu Bakr se divorció de Qutayla cuando se negó a convertirse en musulmana, y luego se casó con una viuda, Umm Ruman bint ‘Amir de Banu Kinana. Su nombre era Zaynab. Ella y su esposo se habían mudado a Makka desde Sarat, a poca distancia de Makka, y este se convirtió en socio de negocios con Abu Bakr. Cuando el esposo de Zaynab murió y ella se quedó sin apoyo, Abu Bakr se casó con ella. Ella le dio a luz a ‘Abd ar-Rahman y ‘Aisha.
Antes de convertirse en musulmán, Abu Bakr solía encontrarse con Muhammad de vez en cuando, pero después de esto se propuso pasar la mayor parte de su tiempo todos los días en compañía del Profeta. Al no ocultar su entrada al Islam, se convirtió en un mensajero del Mensajero de Allah, la bendición y la paz de Allah sean para él, y utiliza su considerable influencia social para difundir el Islam, de modo que muchas personas se hicieron musulmanas a través de él. Por lo tanto, Aisha creció viendo constantemente al Profeta que solía visitar a su padre todos los días. Desde el momento en que nació, nunca conoció nada que no fuese el Islam.
Tras la muerte de su amada esposa Jadiya, el Mensajero de Allah, que la bendición y la paz de Allah sean con él, tuvo una situación bastante dura. Este fue el mismo año en que murió su tío, Abu Talib, y se lo conoce como el Año del dolor. En este momento se dice que el ángel Yibril le trajo una imagen de ‘Aisha en un sueño y dijo: «Ella tiene algunas de las cualidades de Jadija». Después de esto ll Profeta le dijo a Umm Ruman, su madre: «Cuida mucho a ‘Aisha y vigílala por mí’. Un día, fua a su casa y encontró a ‘Aisha llorando. Ella dijo que su madre estaba enojada con ella. Le dijo a Umm Ruman: «¿No te dije que cuidases de‘ Aisha por mí?».
Tras la sugerencia de una amiga, Jawla bint Hakim, el Profeta, la bendición de Allah y la paz sea con él, se casó con Sawda bint Zama’a. Sawda era una mujer mayor y de entre los primeros musulmanes. Era buena ama de casa e hizo un buen trabajo cuidando la casa y los hijos del Profeta; en ese momento todavía quedaban cuatro hijas tras la muerte de Jadija. Khawla bint Hakim también le sugirió al Profeta que se casara con una mujer más joven que pudiera hacerle compañía, y ella sugirió que ‘Aisha, la hija de Abu Bakr, sería una buena opción. El Profeta dejó que Khawla se ocupara del asunto con Abu Bakr. ‘Aisha ya había sido prometida en matrimonio con uno de los Quraysh, Jubayr ibn Mut’im. Sin embargo, este no tuvo problema en cancelar el contrato porque temía que su hijo pudiera convertirse en musulmán. Esto la dejó libre para casarse con el Profeta, la bendición y la paz de Allah sean con él. La mayoría de las transmisiones dicen que el contrato de matrimonio se realizó en el mes de Shawwal, tres años antes de la Hijra.
Cuando el Profeta, la bendición y la paz de Allah sean con él, y Abu Bakr emigraron, las hijas y esposa de Abu Bakr, Umm Ruman, se quedaron atrás. Cuando el Profeta llegó a Medina, envió a Zayd Ibn Hariza y su liberto, Abu Rafi, a buscarlas. Fuera de Makka, se encontraron con Talha, un Sahaba muy famoso, y su familia, que también estaban emigrando. Llegaron a Medina y, unos días después, Abu Bakr le pidió al Profeta, que la bendición de Allah y la paz sea con él, la realización del contrato de matrimonio. Organizó una dote de unos cincuenta dirhams de artículos para el hogar, y ella se mudó con él. También se ha dicho que fueron 500. (¡Las transmisiones respectivas claramente han tenido una confusión con los ceros!)
Hay varias historias sobre el tiempo de Aisha con el Profeta, la bendición y la paz de Allah sean con él. Algunas conllevan anécdotas de expediciones durante las cuales él se quedaba atrás con ‘Aisha y hecharon una carrera: ella ganó. Algunos años más tarde, se volvió a quedar atrás y nuevamente corrió una carrera con ella que ganó, y exclamó: «¡Esto es para aquella vez!». Hubo otra ocasión en la que la sostuvo sobre su hombro para que pudiera ver a los abisinios bailar con sus lanzas. Está claro que ella y el Profeta tuvieron una relación muy dulce y hacían cosas divertidas juntos. Según Anas, también era una de las mujeres presentes en la Batalla de Uhud que llevó el agua a los combatientes heridos en el campo de batalla, aunque era bastante joven en ese momento.
Ahora llegamos al famoso incidente que tuvo lugar en el sexto año de Hijra. El Profeta, que la paz y la bendición de Allah sean con él, decidió atacar Banu al-Mustalaq. En el viaje de regreso, él y sus Compañeros se detuvieron cerca de Madina durante parte de la noche. Justo antes de irse, ‘Aisha salió a aliviarse en la oscuridad. Llevaba un collar hecho de ónix. Este collar se deslizó de su cuello sin que ella lo notara, solo cuando regresó al campamento se dio cuenta de que no lo tenía. Volvió a buscarlo y finalmente lo encontró, pero a su regreso descubrió que se habían ido sin ella, pensando que estaba dentro de su howdah (esto es un pequeño asiento en la parte superior de un camello que normalmente tiene un dosel, y en el que solían viajar). Aisha era muy liviana y no se detectó la falta de su peso. Nadie parecía estar cerca, así que se envolvió en su capa y se acostó para esperar, asumiendo que volverían cuando se dieran cuenta de que ella estaba desaparecida. Safwan ibn al-Mu’attal, quien se había quedado atrás del resto de hombres, llegó y la vio. Al reconocerla, exclamó: «¡Pertenecemos a Allah y a Él hemos de retornar!». Trajo su camello para que ella montara, girándose modestamente para mirar en la otra dirección, y condujo al camello para que alcanzar rápidamente al resto. Cuando la gente los vio llegar junto, los murmurosn comenzaron: «Ooooh, la han visto con otro hombre …»
Cuando llegaron a Madina, ‘Aisha cogió fiebre y, en consecuencia, no escuchó nada de las murmuraciones. Sin embargo, se dio cuenta de que el Profeta, la bendición de Allah y la paz en él, estaba un poco distante cuando la visitó. Ella pidió irse y quedarse con su madre hasta que estuviera mejor. Estuvo enferma por tres semanas. La primera vez que se enteró de las murmuraciones fue cuando fue al campo para aliviarse (no tenían baños en ese tiempo) a través de una mujer llamada Umm Mistah. En algún momento, Umm Mistah se tropezó con su vestido y exclamó: «¡Perish Mistah!» (Refiriéndose a su hijo). ¡Aisha dijo: «¡Eso es algo terrible que decir sobre un muhayir y alguien que estuvo en Badr!». Umm Mistah le preguntó si había escuchado lo que se estaba diciendo y procedió a decirle exactamente lo que estaban diciendo.
‘Aisha estaba muy molesta y quería saber por qué su madre no había mencionado nada. Su madre le dijo que no se preocupara, «porque una mujer hermosa a menudo hace que otras personas hablen mal de ella». Esto se prolongó durante un tiempo y causó muchas malestar entre la gente. De hecho, prácticamente se formaron grupos y comenzaron a pelearse entre ellos. ‘Ali sugirió que el Profeta, la bendición de Allah y la paz sea con él, preguntase a la esclava, Barira, que solo tenía cosas buenas que decir sobre ‘Aisha. Luego, el Profeta se acercó a Aisha y le dijo: «Te han dicho lo que la gente está diciendo sobre ti. Ten temor de Allah. Si has hecho algo malo como dicen, entonces arrepiéntete de Allah. Allah acepta el arrepentimiento de sus esclavos». ‘Aisha dejó de llorar y esperó a que sus padres la defendieran, pero no dijeron nada. Cuando vio que no respondían, dijo: «¿No responderás al Mensajero de Allah?». Ellos respondieron: «No sabemos qué decir». Ella estalló en lágrimas de nuevo y dijo: «Por Allah, Nunca me arrepentiré ante Allah por lo que te refieres. Si tuviera que afirmar lo que la gente está diciendo, estaría afirmando lo que no había sucedido. ¡Pero si lo negara, todavía no me creerías!». Luego dijo:» Diré lo que dijo el padre de Yusuf:
Pero hermosa paciencia y en Allah es en Quien hay que buscar ayuda contra lo que contáis. (Surat Yusuf 12:18)
Casi inmediatamente el Profeta, la bendición y la paz de Allah sean con él, recibió la revelación que encontramos en Surat an-Nur, y que la exoneró:
En verdad los que vinieron con esa calumnia son un grupo de vosotros, no lo consederéis un mal para vosotros, por el contrario es un bien. Cada uno de ellos tendrá la parte de delito que haya adquirido y el que de ellos es responsable de lo más grave tendrá un castigo inmenso. ¿Por qué los creyentes y las creyentes, cuando lo oísteis, no pensaron bien por sí mismos y dijeron: Está bien claro que es una calumnia? ¿Por qué no trajeron cuatro testigos de ello? Puesto que no pudieron traer ningún testigo, ésos son ante Allah los mentirosos. De no haber sido por el favor de Allah sobre vosotros y por Su misericordia en esta vida y en la Otra, os habría alcanzado un inmenso castigo por haberos enredado en murmuraciones. Cuando lo tomabais unos de otros con vuestras lenguas diciendo por vuestra boca algo de lo que no teníais conocimiento y lo considerabais poca cosa cuando ante Allah era grave. ¿Por qué cuando lo escuchasteis no dijisteis: no es propio de nosotros hablar de esto? ¡Gloria a Ti! Esto es una enorme calumnia. Allah os exhorta a que no volváis jamás a algo parecido si sois creyentes. Y Allah os hace claros los signos, y Allah es Conocedor y Sabio. Verdaderamente aquéllos de entre los que creen que aman que se propague la indecencia, tendrán un castigo doloroso en esta vida y en la Otra. Allah sabe y vosotros no sabéis. (Sura de la Luz 24:11-19):
El Profeta, la bendición y la paz de Allah sean con él, le dijo: «Alégrate, ‘Aisha. Allah Todopoderoso ha revelado tu inocencia». Umm Ruman dijo que debía ir con su esposo y mostrarle su gratitud, pero Aisha dijo: «Por Allah, no iré con él. Solo alabaré a Allah. Él es quien reveló mi inocencia». Esta famosa historia se llama La historia de la mentira o Historia de la difamación. Ilustra el carácter de ‘Aisha, en el sentido de que ella confió únicamente en Allah y le agradeció. ‘Aisha dijo más tarde de este tiempo que no creía que fuese lo suficientemente importante como para que se revelara un ayat sobre ella, pero quq había esperado que Allah le diera al Profeta, que la paz y la bendición de Allah sean para él, una visión que la exonera.
Este mismo collar de ónix que se perdió juega un papel en otra historia. ‘Aisha dijo: «Salimos con el Mensajero de Allah, la paz y la bendición de Allah sean con él, en uno de sus viajes hasta que alcancemos al-Bayda’, o Dhat al-Jaysh, donde mi collar se rompió y el Mensajero de Allah, la bendición y la paz de Allah sean con él, se quedó para buscarlo y todos los demás se quedaron con él. Allí no había agua, así que la gente fue a Abu Bakr as-Siddiq y dijo: «¿No ves lo que ‘Aisha ha hecho? Ella ha provocado que el Mensajero de Allah, la paz y la bendición de Allah sean con él, y todos los demás se detengan en un lugar donde no hay agua para ellos, ¡ni tampoco llevan agua con ellos!”. Abu Bakr vino y encontró que el Mensajero de Allah, la bendición y la paz de Allah sean con él, se había quedado dormido con su cabeza sobre mi muslo. Abu Bakr me dijo: “Has hecho detenerse al Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le conceda paz, y a todos los demás en un lugar donde no hay agua y no llevan agua con ellos” Luego continuo diciendo lo que Allah deseaba que él dijera y comenzó a empujarme con la mano, y la única razón por la que no me moví fue porque el Mensajero de Allah, que la paz y la bendición de Allah sean con él, estaba contra mi muslo. Al despuntar la rimera luz, el Mensajero de Allah, que la paz y la bendición de Allah sean con él, se levantó y descubrió que no había agua. Allah ta’ala entonces reveló el verso del tayammum. Así que la gente hizo tayammum. Usayd ibn al-Hudayr dijo: «¡Familia de Abu Bakr, esta no es la primera bendición que has traído!». ‘Aisha continuó: «Cuando hicimos que el camello en el que estaba se levantese encontramos el collar debajo».
Es bien sabido que ‘Aisha era la esposa favorita de las esposas del Profeta -después de Jadija. Una vez preguntaron al Profeta, que la paz sea con él, a quién amaba más y él respondió: «Aisha». La persona que preguntaba dijo: «Estaba preguntando por los hombres», y él dijo: «Su padre». También le dijo a ella: «Tu amor, ‘Aisha , es en mi corazón como el asidero más firme». Varios años después, ella preguntó: «¿Cómo es todavía? «, a lo que él respondió: «Todavía igual». Los musulmanes eran conscientes de esto y, por lo tanto, solían enviar sus regalos a El Profeta, la bendición de Allah y la paz sean con él, en el día de Aisha, buscando complacerlo con eso. Luego enviaba a las otras esposas su parte de esos regalos. Las otras esposas se reunieron y enviaron a Umm Salama para que recibiera los regalos en sus habitaciones. «¿Qué hay de nosotros?» Él le dijo a ella, «No me molestes con respecto a ‘Aisha. La revelación no me ha llegado mientras estaba en una prenda de mujer, sino en la de ‘Aisha”. ¡Pero todavía no estaban satisfechas! Entonces enviaron a Fátima a hablar con él. Él le dijo: «¿No te gusta lo que me gusta, niña?». «Por supuesto», respondió ella. Luego dijo: «Entonces ama a esta mujer». También dijo: «La excelencia de ‘Aisha sobre otras mujeres es como la excelencia de Zarid sobre otras comidas». Zarid es una clase de caldo que tiene un poco de pan, y era considerado el mejor de los alimentos porque tenía algo de líquido, algo de pan y algo de carne, todo en uno.