En este 14 de abril se cumplen 89 años desde que se proclamara en España la II República, esa fecha en la que quedó impregnada la geografía española de la "primavera de los pueblos". Este acontecimiento histórico supuso la ilusión de quienes nunca la tuvieron; de quienes nunca creyeron que los avances de un país iban a mejorar su esperanza y sus vidas. Supuso un halo de expectativas ciertas para, como decía Machado, los que, sin nombrar la Patria, no la venden (como los que sí la nombran), sino que la compran y la levantan.
Porque quienes conmemoramos la II República no anhelamos un simple cambio de Jefatura, un quítate tú (monarca) para ponerme yo (presidente republicano), porque la República supone la restauración de una serie de valores absolutamente irrenunciables: la democracia, la libertad y la justicia social.
Pero esto, alguien puede pensar, ya lo trae la Monarquía. Ya lo estamos viendo. En primer lugar, no hay ninguna razón para pensar que alguien por el simple hecho de tener sangre azul está capacitado para dirigir los designios de un país; en segundo lugar, no hay libertad, ni mucho menos democracia, cuando no se puede destituir o echar a cualquier cargo de su puesto por mala gestión o malas prácticas y; en tercer lugar, ¿cómo en pleno siglo XXI puede haber una persona que es irresponsable de sus actos?; ¿cómo en una democracia, que se considere como tal, se permite que una persona no pueda ser juzgada haga lo que haga? Por eso en el proceso constituyente tendente a la implantación de la III República, la tarea inmediata ha de ser una reforma del titulo II de la Constitución, para limitar la inviolabilidad absoluta de que goza la monarquía a la esfera ejercida por su cargo exclusivamente.
Siendo lo anterior esencial, lo realmente importante en los valores republicanos es la tercera pata, la JUSTICIA SOCIAL, es decir, LA SOLIDARIDAD, que significa cuidar a los sectores sociales más débiles, los más vulnerables. Y, por ello, La República es la defensa de LA RES-PUBLICA,(que en latín quiere decir la "cosa pública") la defensa de la Sanidad Pública, de la Enseñanza Pública, de la Dependencia, de las Pensiones Públicas, de la Gestión Pública en general.
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