Voy a empezar con una frase cursi: Papá, cuando miro las estrellas pienso en
tí.
Cuando era pequeña subíamos a la azotea de la casa y desde allí se podía ver el
poderoso cielo, las estrellas y la Vía Láctea, Júpiter, Marte, Sirio la más
brillante, la estrella Polar, siempre señalando el Norte, fija desde antes de
la eternidad.(*)
Entonces en la ciudad de Palma no habia polución atmosférica, apenas
coches y se veía el cielo en todo su esplendor.
Tú me enseñaste a reconocer las principales constelaciones, las fases de la
luna...Me diste una educación de boy scout, vaya. Me enseñaste a orientarme por
el sol y las estrellas, lo que debía hacer si me caía al mar desde un barco...
Como se llevaba un timón sin desviarse de la ruta.
Y a nadar. También me enseñaste a conocer por sus nombres los árboles del
campo, las matas y los animales. Supongo que muchas de estas cosas las
aprendiste en los tres años que duró la guerra de España, cuando hiciste vida
campestre a la fuerza...Me enseñaste que cuando un reactor hace una
estela en el cielo quiere decir inestabilidad en las capas altas...tú eras
también aviador, como Saint Exupéry.
Y también me enseñaste -cosa que nunca comprenderé, pero que me lo pasé
muy bien haciéndolo- a disparar con pistola, fusil y metralleta. Tal vez pensaste
que algun día lo necesitaria... Pero sus pistolas las tenía en casa, encerradas
con llave en un cajón. Aunque él sabía que nunca las tocaria, "las
pistolas las carga el diablo" decía siempre. Esta manera de actuar es la
normal, no como la del padre del rey emérito, que dejaba jugar a sus hijos con
pistolas, y así pasó lo que pasó..
Me enseñaste también lo que significaban las diferentes clases de nubes, y las
fases de la luna.....
Me hiciste amar la Naturaleza, y ahora que los polos se derriten, los
lobos, los tigres, las jirafas,los elefantes....casi todos los animales
salvajes se extinguen, cazados a golpe de talonario por los ricos de este
mundo, que Dios los maldiga...el mar y la tierra violados por los humanos, esos
a los que tanto odiaba Mowgli...
Cuando ya lo podía entender me regalaste el libro que marcó mi vida, "El
Libro de la Selva", de Rudyard Kipling. Que nada tiene que ver con esa
patochada de Walt Disney. Yo ya amaba a los animales y los bosques y ese libro
acentuó mi amor por ellos y el temor y el recelo hacia la "manada de los
hombres" la cual tanto preocupaba y repelía a los animales salvajes... Me
parece que Kipling era algo misántropo; al menos eso me lo contagió a mí.
Este libro lo leí tantas veces que me sabía trozos de memoria, y aún lo tengo,
no el `primero, sino el segundo; yo que soy cuidadosa con los libros a aquél lo
desencuaderné de tanto usarlo... Era que parecía escrito para mí.
Papá, nadie me ha regalado un libro así, que despertase en mí el
amor por la justicia y el odio por la vulgaridad y la maldad.
Cuando desde la azotea de mi casa ,en verano y tumbada boca arriba miraba a las
estrellas, no me gustaba lo que veía. Al revés que Leila, quien ve la mano de
Dios en el cielo nocturno, a mi esta visión me producía un poco de angustia
porque no entendía lo que hacíamos aquí abajo. Cuando bajaba la escalera para
volver al piso, me sentía algo reconfortada después de esa visión, que no es
para ojos humanos.
Me convertí al Islam hace ya mucho tiempo. Mi madre ya había muerto y mi padre
vivía en mi casa con nosotros y nuestros gatos.
Un día de verano- me acuerdo muy bien, hacía un calor espantoso- le dije, a las
cuatro de la tarde, nada menos:
-Papá, me voy a la mezquita a hacerme musulmana.
Mi padre conmigo ya estaba curado de espantos y me contestó, mientras leía una
novela de evasiones, en inglés (eran sus favoritas):
-Ah, muy bien.
Y fui y me convertí.
Amina me tomó el juramento:
-"A shaddu Allah inch Allah ua a shaddu Muhamed Rajul Allah"
O sea, "Doy testimonio de que no hay más que un Dios y que Mohamed es el
hombre de Dios"
Y ya era musulmana.
Todo esto viene porque Leila tiene la fe del carbonero, y yo no. Ella se
extasia ante el Universo y yo no. A mí me asusta. Y pienso si mi padre , algo
de él, su alma...estará aún en alguna parte.
Papá , no me dejes.
Mi madre estaba muy celosa porque decía que yo quería más a mi padre que a
ella.
Y era verdad.
Cuando miro al cielo me parece que soy menos que una mota de polvo, que un
granito de polen.
Como dijo el filósofo: "Sólo soy un junco que dobla el viento, pero soy un
junco que piensa."
Ay. Eso es lo malo.
pieles no
domingo, 15 de noviembre de 2020
Carta a mi padre muerto
Dios sabe donde duerme el tigre. (El Corán)
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