pieles no
sábado, 30 de mayo de 2009
Caras de cemento armado
La de Berlusconi y la del cardenal Cañizares. Berlusconi cada día dice una memez más grande; debe creerse muy gracioso. A mí me recuerda a Chiquito de la Calzada, pero este es el jefe de estado de Italia, por lo cual es mucho peor. Los italianos han venido muy a menos. Oriana Fallacci, la estupenda periodista, decía que era un honor para los italianos que Mussolini tuviera una muerte a manos del pueblo, y una vergüenza para los españoles que Franco hubiera muerto en la cama.Pero ahora los italos deben haber vendido barato su honor (¿qué es esto, se preguntará más de uno?.Antiguallas) pues parece que las barbaridades y salidas de tono de su jefe les hacen mucha gracia. La última de Don Silvio: "Mussolini tenía las camisas negras, y yo las bailarinas". Qué gracioso.
Y por otra parte está el cardenal Cañizares, que es nada menos que Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (debe llevar mucho trabajo tanta cosa), que se sale con la parida de que considera peor el aborto que los abusos sexuales continuados a menores en colegios irlandeses.
Ay señor.
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