pieles no
jueves, 20 de agosto de 2009
Los cactus
Son plantas muy agradecidas. Si se compran pequeños en viveros o floristerías para transplantarlos y que las raíces salgan enteras con el cepellón sin romperse, como un flan, vaya, lo mejor es regar la macetita antes y luego,con un papel de periódico o unos guantes de jardinería, cogerlo y sacarlo. En una maceta nueva y más grande, recién regada, se hará con una cuchara u otro utensilio ad hoc un agujero para que quepa el cepellón sin romperse, y luego se cubre con un poco de más tierra y se riega. Se pone al sol. Todos los cactus tienen que recibir cada día su buena ración de sol. Yo los tengo en la parte más soleada de mi terraza y ahora en verano los riego solo en días alternos, pues ningun cactus se muere por pasar un poco de sed.Pero tampoco hay que exagerar y no regarlos nunca, pues entonces se arrugan y se mueren. Yo creo que esta frecuencia que digo es buena, por lo menos yo los tengo muy bien así. En invierno, como llueve, no hay que regarlos apenas, pero si pasan muchos días sin llover entonces sí. Y en general para todas las plantas, mejor que pasen un poco de sed a que se pudran. Y otra cosa: Si en invierno amenaza helar por la noche, las plantas que primero morirán serán aquellas cuya tierra esté completamente seca. Si la tierra está húmeda es difícil que una planta se hiele en invierno, a menos de que sea una planta propia de países cálidos. Esto del riego hay que hacerlo a ojo y la experiencia y el tener, como dicen los francese, "la mano verde" es lo principal.Pero los extremos nunca son buenos: Ni demasiado riego ni demasiado poco.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario