pieles no
viernes, 4 de septiembre de 2009
La radio y yo
es una historia de amor. Desde pequeña tenía costumbre de oir la radio, una de esas de cretona, o comosellamen. Me gustaba escuchar canciones, -entonces ponían muchas coplas- y yo me las sabía todas. Pero también me interesaban las noticias. Yo debía ser una niña muy repipi, porque recuerdo perfectamente haber oído en ese medio de comunicación la noticia de la derrota de los franceses en Dien-Bien-Fú, y el nombre de quien los mandaba: Era el General De Lattre de Tassigny, un aristócrata francés. Pues el General Giap le dió pal pelo.Como años después, el mismo Giap, zurró a los yankis en la guerra del entonces llamado Vietnam, y que con los franceses era Indochina. Siempre las tropas que pelean en su tierra acaban ganando. Es natural, la conocen mejor y además la defienden de los colonialistas. El recuerdo más antiguo que poseo era cuando mis padres escuchaban Radio España Independiente, Estación Pirenaica, que contaba cosas -barbaridades- que la censura franquista no dejaba. Recuerdo que siempre le metían mucho ruido para que no se oyese, pero colaba todo. Para mí era natural vivir en un país en el que no se podía decir lo que se pensaba bajo pena de pasarlo muy mal. Mis padres me advirtieron seriamente que no dijera a nadie que escuchaban estas emisoras piratas, y yo, que era una niña obediente y además presentía que podía ser peligroso, jamás dije ni una palabra a nadie. Luego vino la tele, pero nunca me gustó. Yo sigo fiel a la radioo, a la Cadena SER,a RNE y a veces, por masoquismo, pongo la inefable COPE. De la TV solo veo de vez en cuando alguna peli, algún documental, los informativos y el tiempo.
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