El otro día estaba leyendo en el diario Ultima Hora de Mallorca un artículo escrito por el Dr. Sevilla y me gustó mucho. Porque trataba de algo que yo siempre he tenido muy presente. El decía que la gran pregunta del Hombre era: "¿Qué va a ser de mi?"
Antes de meterme en honduras quiero decir que a mí esto de poner, por ejemplo: "La gran pregunta de los hombres y las mujeres..." me parece una cursilada. Que pongan "de la Humanidad", en todo caso. Pero esto de tener que repetir dos veces lo que sea en masc. y fem. me parece de bobos. Ya se sobreentiende, caray, que no somos tan tontos. Cuando se dice, por ejemplo: "El león caza al amanecer", se entiende que se está hablando de toda la especie leonina, pero, en este caso, sí que, mirándolo con lupa, es algo injusta la expresión, porque "el león" no caza, es "la leona". Son las hembras que cazan. El león se limita a rugir para dar miedo y marcar el territorio. O "el tigre caza de noche". Todos entendemos que se trata del tigre y la tigresa.Cabrearse por estas cuestiones me parece cosa de gente con complejo de inferioridad.Y que me perdonen mis amigos progres.
Bien, ya he dicho "la mía", como dicen los catalanes y me he quedado a gusto. Ahora vuelvo a mis disquisiciones más o menos terroríficas.
Porque terrorífica me parece a mí esa eterna y tremenda pregunta:
¿QUÉ SERÁ DE MÍ?
Cuando haya muerto, por supuesto.
Yo a veces he comentado con amigos y familiares que yo me la hacía desde casi siempre y no había día en que no me la hiciera, sin que eso presuponga que soy una persona triste, que no lo soy en absoluto. Los amiguetes me contestan que también se la hace la "gente normal" (qué amables amiguetes tengo y cuanto me quieren..), pero que no lo va diciendo por ahí, y menos lo escriben en un blog (esto aún no me lo han dicho, pero me lo dirán). Pues me da igual. Pero es cierto que, aunque crea "bastante" en Dios, hum, la cosa no cambia. En el siglo de Oro español, tan dado a oscuridades tétricas como las que gustaban tanto a Felipe II, que construyó el monumento más tétrico y más español, El Escorial, con su pudridero de Infantitos y otras monerías, o los autos de fe, a uno de los cuales acudió en los festejos de su luna de miel...Los artistas también pusieron su granito de arena, como aquel cuadro de Valdés Leal en Toledo, que es un esqueleto sosteniendo unas balanzas, encima de un obispo muerto y comido de gusanos, con la siguiente leyenda: "Como te ves, yo me ví;como me ves, te verás". Y que ya es mala uva, nois.O aquellos versos de norecuerdoquién, pero de la misma época el los que dice: "Es más tarde de lo que piensas..."
Bueno, pues todas estas cosas las tengo yo muy presentes, y a mí la muerte no me cogerá con la lámpara apagada y durmiendo. Siempre estoy alerta y con la luz en la mano. Pero no puedo dejar de hacerme la terrible pregunta:
-¿Qué será de mí?
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