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Pieles NO

miércoles, 21 de abril de 2010

La suerte no existe; cada uno se la "fabrica"



Yo conozco personas que no tienen suerte.Todo les va mal,la gente les putea, y pasan rabiosas por la vida. Hay que decir que yo, como buena (?) musulmana, no creo en la suerte, sino en el destino. Pero eso es aparte.
Lo más importante, pienso, para tener "suerte", es tener confianza en sí mismo. Por ejemplo, si alguien ha deseado siempre convertirse en oceanógraf@, hace los estudios pertinentes. Y después de haber pasado por las pruebas necesarias, consigue ser profesor de oceanografía en una Universidad o Instituto. Sin embargo, aunque el trabajo le guste, le faltan los peces. Entonces esa persona debe plantearse las siguientes preguntas:¿Por qué no fué hasta el final de su vocación?. Porque no se vió capaz de llegar hasta el final, por ejemplo. Lo que hay que hacer entonces es dejar de quejarse y "tirarse al agua", literalmente. Aunque al principio se pase miedo. La suerte ayuda a los valientes, y casi siempre se tienen grandes sorpresas, por ejemplo, alguien que nunca se habría pensado que podría hablar en público, llega a dar sin apuro una conferencia sobre los fondos marinos y el auditorio le escucha entusiasmado. Si no hubiese dado ese paso que tanto cuesta, no tendría esa satisfacción. Esto no es más que un ejemplo, pero es que la suerte quiere que se la provoque. Casi siempre, cuando se efectúan acciones inhabituales, es cuando se habla de "golpe de suerte".
Hay que aprovechar las oportunidades. Y saber lo que se sabe hacer y lo que se hace bien.
No hay que frenarse: No hay que confundir prudencia con temor.
No hay que hacer caso siempre a los otros. Buscar los consejos en gente que realmente le aprecia a uno y sabe de que va la cosa.
Yo era amiga de Pablo Castellano,el que fué político del PSOE y luego se pasó a los comunistas, porque vivía en Palma y muchas veces coincidíamos en el bus del Aeropuerto. Una vez dijo una frase para mí sensacional: "Quien busca el peligro tendrá una vida entretenida".
Y es verdad. (Pero con una pequeña dosis de prudencia)

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