pieles no

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Pieles NO

viernes, 21 de mayo de 2010



Carta de Cicerón a su amigo Tito:

“Tú no permaneces día y noche en agitación constante, TITO”
Como le ocurría a FLAMININO, porque conozco la serenidad e imperturbabilidad de tu espíritu, y sé que tú no has traído de ATENAS solamente tu sobrenombre de ÁTICO, sino también la formación y sabiduría griegas. Y no obstante, sospecho que de vez en cuanto también tú te sientes profundamente conturbado por los mismos sucesos que a mí me preocupan, más tales inquietudes no solamente requieren un consuelo más efectivo, sino que para encontrarlo hemos de esperar tiempos mejores. Ahora por tanto me he limitado a escribir para ti algo sobre la vejez.
(2) Me propongo en efecto hacer que nos resulte más ligero este peso que llevamos en común, el de una vejez que, o ya nos abruma, o al menos amenaza con llegar; si bien yo sé de cierto que tú la soportas y continuaras soportándola con la misma serenidad y sabiduría con que has sobrellevado todas las demás molestias de la vida, pero al proponerme escribir un ensayo sobre LA SENECTUD, tu persona se ofreció a mi imaginación como la más digna de un obsequio que reportaría a cada uno de nosotros igual utilidad. Y ciertamente para mí la composición de este libro ha resuelto tan gran tarea, que no sólo ha hecho desaparecer todo lo que de gravosa tiene la vejez, sino que me ha hecho considerarla incluso como una cosa suave y grata. Por tanto nunca serán bastantes los elogios que tributemos a la filosofía, que premia a los que siguen sus consejos con una vida libre de cuidados en todas las edades.

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