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Pieles NO

miércoles, 20 de octubre de 2010

Los ambigramas





Los amantes de los secretos y los mensajes escondidos conocerán bien el significado de los ambigramas, un juego de letras apto sobre todo para ojos bien entrenados. Sin embargo, lejos de los mensajes cifrados que podrían ocultarse tras los anagramas, los ambigramas, por contra, son un laborioso trabajo artístico que se realiza sobre la forma de las letras de modo que su lectura sea idéntica en un sentido u otro.
Lo que en un principio podría parecer ser simple y sencillo, encierra tras de sí un complejo trabajo de diseño y una filosofía centrada sobre todo en el principio taoísta del yin y el yang, de la complementariedad de los polos opuestos, de modo que la existencia de uno no podría darse sin la existencia del otro. Dos mitades que no se oponen sino que se complementan entre sí para dar una forma y sentido concreto.
No deberíamos confundir, según este principio, lo que son Ambigramas de lo que puedan ser anagramas o palíndromos.
Los anagramas son alteraciones del orden de las letras dentro de una palabra ofrase, de modo, que para encontrar el significado, habría que saber recolocar las letras en el mismo orden inicial. Es el caso, ejemplo, de la palabra “Amor“, que podría representarse, cifradamente, como “Mora“, por ejemplo.
Los palíndromos, por su parte, son palabras que se leen igual e derecha a izquierda que de izquierda a derecha. Tal es el caso por ejemplo de la palabra “reconocer“.
Los ambigramas no representan un trabajo tan sencillo como pueda ser, simplemente, cambiar las letras de orden. Realizar un ambigrama obliga a estudiar su forma, a dibujarla, a diseñarla de modo que leída hacia arriba o hacia abajo, sea, visualmente, exactamente igual.
El más conocido de los ambigramas es el que te obliga a girar el papel o el libro 180º para darte cuenta de que es exacto a su original. Es el “ambigrama por rotación“. El “ambigrama vertical” es el que se lee indistintamente igual de arriba a abajo que viceversa. Por su parte, el “ambigrama por reflejo“, quizás el más complejo de realizar, es el que requiere de un espejo para leerlo. Por último, el “ambigrama de 90º” es el que requiere que le des un cuarto de vuelta a la hoja para poder constatar que es igual en una dirección y en otra.
Los ambigramas se inventaron en los años 70. Sus creadores fueron Scout Kim y John Langdon. Éste es, probablemente, el más afamado creador de ambigramas del mundo, habiendo diseñado logotipos y tipografías originales por todo el mundo. Curiosamente, fue él quien inspiró a Dan Brown a escribir sobre ellos en su novela “Angeles y Demonios”, segunda parte de “El Código da Vinci”. Precisamente, el apellido de su protagonista, Langdon, se debe a este artista de la caligrafía.

Estos ambigramas son de la palabra Emilio, Raúl, de la Wiki para ver en un espejo y el que sale en la novela "Angeles y Demonios", pero hay muchos más, rotatorios, de colores, etc.

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