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Pieles NO

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Ocho siglos juntos

Ocho siglos son ochocientos años, que se dice pronto.
Ese fue el tiempo que en España, -mejor dicho, la Peninsula Ibérica- convivimos con los árabes. Y también con los judíos.
En tiempos del sangriento dictador Franco, yo recuerdo que en el colegio nos enseñaban que los cristianos emprendieron una "Cruzada" contra los árabes invasores. Nada más lejos de la realidad.
Esos ochocientos años convivimos las tres religiones del libro casi siempre en paz y tolerancia,y otras veces en guerras y escaramuzas varias.

Don Rodrigo

En los libros de Historia de España siempre se saltaban a lo Fossbury los años que van del 711 (cuando el caudillo berebere Tárif cruzó el Estrecho de Gibraltar) al 1492 (cuando los reyes llamados Católicos tomaron el último bastion árabe en la Península, el Reino de Granada).
Se comían siete siglos de un bocado y nos lo saltábamos en una lección, llamada "La Reconquista", en la que los nobles caudillos cristianos-castellanos luchaban con denuedo hasta echar de aquella España "católica" a los invasores musulmanes = gentuza.
El período de la Historia más romántico de España y fenómeno único en Europa quedó hundido en las sombres del pasado durante mucho tiempo. El único que hizo algo fue el francés R.P. Dozy, enamorado de Andalucía, y que en su "Historia de los Musulmanes de España", de dos tomos, hoy completamente descatalogada, contó de manera soberbia aquella época mágica. Sánchez Albornoz también hizo un libro sobre este tema, pero la verdad es que no lo he leído.
Ocho siglos en los que Al-Andalus brilló como única luminaria en una Europa hundida en la ignorancia y el salvajismo. Cuando en Córdoba médicos como Avicena, Averroes... músicos, poetas y literatos, matemáticos y astrónomos, brillaban en la corte del Califato Omeya independiente de Damasco, y acudían allí gente letrada de todas partes, en Europa aún andaban a pedradas.
Y todo empezó por una mujer, como en Troya..
En España (usaré este término para referirme a España y  Portugal, y las Islas Baleares), a finales del siglo VII reinaban desde hacía varios siglos los visigodos, una rama de los bárbaros germánicos  que entraron en España con los suevos, vándalos y alanos. Eran presumidos y vestían con lujo, aunque eran bastante bárbaros.


Batalla de Guadalete

El rey Égica intentaba que su hijo le sucediera, cosa difícil porque entre los bárbaros de origen germánico los caudillos se elegían por sus súbditos. Para ello tomó varias medidas. Una de ellas fue el compartir su trono con su hijo, para que la gente se fuera haciendo a la idea. Una de las decisiones más crueles del rey fue hacer sacar los ojos a Teodofredo, hijo del rey Recesvinto. El ciego se retiró a Córdoba con su hijo Rodrigo.
En el año 702, cuando Égica murió de muerte natural , cosa rara entre los reyes godos, su hijo Witiza quedó como único monarca y trató de consolidar su posición, nombrando a Roderico (O Don Rodrigo) duque de la Bética (Andalucía).
Desde esa posición Rodrigo pronto se convirtió en el líder a los magnates descontentos con el rey, y cuando Witiza trató de capturarle para quitarle la vista, como había hecho con su padre, el duque de la Bética organizó un ejército que derrotó al rey. Cuando tuvo en sus manos a Witiza, Rodrigo ordenó que le sacaran los ojos como había hecho con su padre, y lo envió desterrado a Córdoba.
Rodrigo fue proclamado rey por sus seguidores  en el año 710. Don Rodrigo, siguiendo la costumbre, se dedicó a perseguir a los hijos de Witiza, quienes decidieron huir al norte de Africa, refugiándose en Tánger, donde gobernaba el conde Ricila, que había sido amigo de su padre.
Este noble visigodo compartía con él la responsabilidad de defender las ciudades  que tenían los visigodos en el Estrecho. Ciudades que estaban sometidas a una fuerte presión militar por parte de los musulmanes que dominaban casi todo el norte de Africa. Estos musulmanes no eran árabes puros, sino bereberes, pueblos nómadas .
En aquellos tiempos era costumbre que los nobles enviaran a sus hijos a educarse en la Corte, para así hacer amistades que pudieran ser convenientes en el futuro o encontrar con quien casarse. El Conde Don Julián había llevado a su hija Florinda a la corte, en Toledo. Ella fue escogida , entre las doncellas del sequito real, como destinada al servicio personal de Rodrigo, o Roderico (¡) encomendándosele la delicada tarea de quitarle la sarna , cometido que realizaba, a diario, con un alfiler de oro. Tanta intimidad con el monarca acabó con la violación de Florinda. Indignada, la joven escribió a su padre contándole lo sucedido. El Conde Don Julián acudió a Toledo a buscarla y se la llevó a Ceuta.
El Conde, decidido a vengarse, tan pronto como llegó a su fortaleza se puso en contacto con Musa ben Nosair, el gobernador musulmán de la región, contra quien se había enfrentado a menudo. Le explicó lo que había pasado y le prometió que, con su ayuda y la de sus amigos, podría invadir la Península y conseguir un gran botín.
Después de consultar con el Califa de Damasco, de quien dependía, Musa ofreció al Conde Don Julián  la ayuda del comandante Tarif ben Maluk y de un contingente de cien caballeros y trescientos hombres de infantería.
El Conde Don Julián y su gente, apoyados por los musulmanes,  desembarcaron en Gibraltar para, a continuación, saquear Algeciras y otros lugares de la costa. Después regresaron con el botín.
En vista del éxito de la expedición., Musa decidió ampliar la ayuda al Conde Don Julián. . En esta ocasión le proporcionó 12.000 guerreros. El Conde Don Julián y Tarif transportaron a su ejército en naves de mercaderes, para no llamar la atención de los godos.
Esto  no fué más que el principio de la invasión de la Península por los musulmanes.
Por una aguja de oro se perdió un reino, y por un reino empezaron ocho siglos de la más atrayente Historia de cualquier país de Europa.
Los protagonistas dejaron su impronta en la geografía de aquellas tierras. El Estrecho de Gibraltar debe su nombre a -djebel Tarif- en árabe la montaña de Tarif. Maadik Djebel Tárif significa El Estrecho de Gibraltar.
Musa es el famoso Moro Muza de los cuentos, y, después, nombres así se encuentran a millares en las tierras de España.
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Si esto gusta, haré la continuación. Porfa, gente que mira mi blog, hagan el favor de manifestarse, a favor o en contra. Todo será publicado en los comentarios.

Guerreros musulmanes
 

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