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Pieles NO

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Historia del trébol de cuatro hojas


El trébol de cuatro hojas es uno de los amuletos más antiguos que existen. Data aproximadamente del 200 a.C., en las Islas Británicas.
Más que cualquier otro factor, la rareza del trébol de cuatro hojas (normalmente, el trébol tiene solo tres hojas, de ahí su nombre) es lo que le dio un carácter sagrado a los ojos de los druidas de la antigua Inglaterra, adoradores del sol.
Los druidas, cuyo nombre celta dereu-wid significa "conocer el roble" , frecuentaban los robledales como lugares apropiados para sus cultos. Creían que el poseedor de un trébol de cuatro hojas podía ver a los demonios ambientales, y, a través de los encantamientos, anularlos de su siniestra influencia. La información sobre este amuleto benéfico procede de Julio César, sus escritos, y las leyendas irlandesas. El trébol es el símbolo de Irlanda. Julio César sabía mucho sobre los ritos y costumbres de los celtas.


Varias veces al año, los druidas se reunían en bosques de robles sagrados en la Islas Británicas y en la Galia. Allí zanjaban disputas legales y ofrecían sacrificios humanos para cualquier persona que estuviera enferma a en peligro de muerte a causa de la proximidad de una batalla. Se quemaban jaulas de mimbre llenas de hombres, y, aunque los sacerdotes  druidas preferían sacrificar a criminales, en los periodos en que imperaban la ley y el orden también sacrificaban a inocentes. La inmortalidad del alma y la transferencia de ésta, después de la muerte, a un recién nacido, constituían sus principales creencias religiosas. Antes de terminar el ritual del bosque, los druidas recogían muérdago (al que  se atribuía la propiedad de mantener la armonía en las familias)y buscaban también el raro trébol de cuatro hojas.
Hoy en día, los tréboles de cuatro hojas ya no son raros. El los años 50, los horticultores consiguieron una semilla que solo da tréboles de cuatro lóbulos.Pero así no tiene gracia... En hecho de que hoy crezcan a millones en los invernaderos y se cultiven por centenas en las repisas de las ventanas , no solo despoja a esa hierbecilla de la rareza que representa la suerte, sino que además priva de aventura y emoción el hallazgo de uno de esos ejemplares.

 

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