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Pieles NO

lunes, 25 de diciembre de 2017

La Naturaleza es machista a tope





La Naturaleza es lo más machista que hay. Impera la ley del más fuerte, del más rápido. Y como entre los humanos, las hembras se suelen llevar la peor parte. Por ejemplo, las leonas son las que cazan. El león rara vez lo hace. Se limita a cuidar de que en su territorio no entre otro león con malas intenciones, y lo hace rugiendo. El rugido del león es uno de los sonidos más pavorosos de la Naturaleza. Se oye a kilómetros de distancia.
Por cierto, y como curiosidad, creo que el árabe es la única lengua que tiene una palabra especial para nombrar al territorio del león: Se llama el "garín".
Volviendo a las leonas, ellas son las cazadoras, son las más rápidas. Cuando van de caza se queda una cuidando de los leoncitos mientras las otras se dedican a conseguir la comida para la manada. Cuando han conseguido presa, entonces va el señor león y come. Despacito. Mientras, las leonas, hambrientas, le miran. Y cuando "el amo" ha tenido a bien terminar, ellas se reparten los restos del festín. Se suelen llevar muy bien entre ellas.
Normalmente, son una familia bien avenida. Como un harén tranquilo.
Pero el león sabe bien quién son sus hijos. No se le puede dar "cambiazo" metiendo otro cachorro que no sea suyo, pues lo mataría. Cuando un jefe de manada leonina es viejo, normalmente surge otro león joven y "soltero", que se enfrenta a él. A veces le gana y lo mata. Entonces, también mata a todos los cachorros del vencido, pues no quiere (como muchos hombres) cargar con hijos ajenos. Entonces cubre a las leonas, desoladas, que tienen nuevos cachorros y ya se olvidan del mal rollo pasado.


Los leones que no consiguen ganar a ningún león viejo se convierten en solteros errantes, que tienen que cazar ellos si quieren comer y se conforman con cualquier cosa.
Como se puede comprobar, como pasa hoy en día, los jóvenes también tienen problemas para resolver su futuro, aunque no tengan que buscar empleo.
Pero los leones "jefes" normalmente son muy padrazos, y sus hijitos no les tienen mucho respeto, como se puede ver en las fotos que he puesto aquí.


Orgulloso de sus niños
Paciencia de padre

mirada paterna


Leon conociendo a un hijo suyo por primera vez. Se nota que se huelen mutuamente.
Pero yo había empezado esto pensando escribir sobre una cuestión más vieja que el hambre, y que es el machismo que, como siempre está presente en la Naturaleza. Bueno,  siempre no, porque unos seres tan elegantes como los cisnes son fieles a su cisna toda la vida, lo mismo que las cigüeñas y algunos otros -pocos- pájaros.
No es que sea experta en estas cuestiones de fidelidad animal, pero de estos ejemplos sí que estoy segura.

Las madres cisne son muy amorosas y siempre se aseguran de que no les falte ninguno de sus pequeños

A veces hasta parece que los cuentan

Ahora las feministas y las que no, han vuelto a sacar sus reivindicaciones de siempre, que tienen más peso y razón que cualquier cosa, por decir algo. Desde luego que llevan razón, porque hay miles de casos en los que se aprecia una gran injusticia entre hombres y mujeres, por ejemplo, ellas suelen recibir sueldos más bajos por el mismo trabajo, tienen problemas para encontrar trabajo porque los contratadores temen que se queden embarazadas y entonces tengan que coger los meses de permiso por esto además de las vacaciones, y así hasta mil y más.
Y aquí empieza a trabajar la machista Naturaleza, pues aunque quieran ser iguales al hombre, ellas tienen tareas muy pesadas y poco reconocidas como soportar un embarazo, un parto y el cuidado de la criatura, que esto es en lo único que puede ayudarlas el hombre. Esta tesitura puede repetirse a lo largo de la vida de la mujer, según los hijos que tenga. Y no solo eso, sino que cada mes, aunque no tengan hijos,  hayan de soportar el coñazo (con perdón, pero aquí me parece adecuado) de la menstruación, cosa de la que se libran también los hombres.
Además, estos últimos corren más deprisa que las mujeres -otro truco despiadado de la Madrastra Natura- y así en los tiempos cavernícolas eran más fáciles de cazar...
Los hombres son de sprints y las mujeres son corredoras de fondo. Por esto ellos viven menos que las mujeres y éstas dura, y duran...(lo que no me gusta nada)
Los hombres son mejores en los deportes, la guerra y otras actividades en las que se requiera esfuerzo físico, porque son más fuertes.
Y. aunque las feministas nunca lo reconocerán, una mujer corre mucho más peligro andando sola por las calles desiertas de noche de una ciudad que un hombre. Esto es así y siempre lo ha sido. Como dos y dos son cuatro.
Y eso del NO es No es muy bonito como slogan, pero de nada sirve ante la fuerza bruta.
Y aquí ya no quiero entrar en el terreno viscoso de la ropa que lleva una chica.
Mejor termino ya.
Abur.

 

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