pieles no

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Pieles NO

domingo, 8 de marzo de 2009

Qué horror es trabajar la tierra


Trabajar en el campo es horrible. Yo creo que preferiría hacer cualquier otro tipo de trabajo antes que tener que trabajar la tierra con las propias manos. Solo lo hice una vez, y juré, como Scarlett O´Hara (aunque ella no aró nunca, pero recogió algodón, que también debe ser fino) no volver en la vida a intentar semejante cosa. Fué cuando mi suegra repartió la herencia en vida y a mi marido le tocaron dos terrenitos en Calvià, pueblo del Oeste de Mallorca. Uno de los campos era de secano, y daba, sin tener que trabajar nada, unos albaricoques tan buenos como no he vuelto a probarlos en la vida. Pero solo pudimos disfrutar de ellos un par de años. Algún cuco los debio descubrir, y como no había cercado, cuando ibamos ya se los habían comido. Pero en el terreno de regadío había un pozo (por eso era de regadío) y Paco quiso plantar naranjos, pues se ponía romántico viendo estos arboles con el azahar, le recordaban los de la finca perdida en Marruecos. E hicimos un hoyo cavando, para plantar un naranjo, que allí podía enterrarse a un elefante. Porque mi santo decía que la gente no sabe plantar naranjos, que hace un hoyito y lo mete, como quien compra una maceta de petunias en un vivero, pero un citrico no, para que se desarrolle bien por lo visto hay que hacer un agujero enorme, con la tierra bien suelta. Recuerdo con horror lo durísimo que es el cavar con pala y azadón, como Juan Simón. Yo solo tenía 30 años, estaba en la flor de mi edad, pero quedé tan desriñonada que me negué en redondo a repetir la hazaña de aquella tarde. Se plantaron naranjos y limoneros, pero pagamos a un payés para que hiciera los boquetes. Después, cuando dieron sus primeras naranjitas, los malditos cazadores ahorcadores de perros se entretuvieron disparando perdigonadas contra los limones, y robando nuestras naranjas. NUNCA MAS.Mi experiencia agrícola empezo y acabó de una manera frustrante.

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