La iglesia católica está muy preocupada porque dice que la familia tradicional cristiana está en peligro. Bueno, pues que lo esté. A mí no me parece tan grave. Es una familia patriarcal, machista y represiva. Yo lo sé bien. Ahora hay familias con hijos de uniones anteriores, familias compuestas por dos gays o dos lesbianas que adoptan o tienen hijos y los quieren muchísimo, porque son hijos buscados y no como en tiempo de Franco, que las mujeres parían como conejas y luego el glorioso Caudillo les daba un premio. Me parece que muchos de estos niños no eran muy deseados. A mí no me parece nada tremendo que una pareja de homosexuales, ellos o ellas, adopten un niño. Seguro que crecerá más feliz que estando entre una docena o por lo menos tiene más probabilidades de hacerlo. Y eso de que los hijos de parejas homos tienen que ser homos por necesidad, es una tontería. Pero y si así fuera, ¿qué más dá?. Lo importante en la familia, sea cristiana, budista, atea o adventista del séptimo día, es que sus miembros se respeten y sean felices. Que en las familias, estén casados o no, sean esto o lo otro, los niños tengan un buen recuerdo de su infancia cuando sean mayores y no quieran independizarse solo para escapar de una atmósfera opresiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario