Es donde vivien los judíos ultra-ortodoxos. Se les distingue enseguida por sus levitas negras y sus sombreros del mismo color. Se dejan crecer la barba sin afeitarse nunca porque la Biblia lo dice, y además se dejan cuatro tirabuzones, dos en las sienes y otros dos detrás de la cabeza, en recuerdo de las 4 esquinas sin segar que se deben dejar en todos los campos, para que coman las viudas y los huérfanos. Esto también lo manda la Biblia. Cuando se va de paseo por este barrio hay que ir vestido modestamente. Nada de shorts y tampoco las mujeres pantalones largos ni escotes. Hay que evitar hablar alto y no se pueden hacer fotos. Si se va en sábado, se pueden ver a familias enteras camino de la sinagoga. El padre con sus negras vestiduras, su sombrero y su barba y tirabuzones, y la mujer vestida modestamente, ambos llevando de la mano a los muchos niños que suelen tener, pues la contracepción la tienen prohibida. Ellos piensan que Israel y el resto de sus compatriotas se han desviado del camino recto, que son todos ateos y mala gente, y llegaron hasta el extremo de dirigirse a los países árabes de alrededor para pedirles que arrasaran el estado de Israel, pues estaba pervertido y merecía desaparecer. Y es que los fanáticos son tremendos, sean de la clase que sean. Todos se parecen.
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