La grafología

Los principios de la grafología, o ciencia para averiguar el carácter por medio de la escritura, datan de s. XIX.Muchos escritores, como Víctor Hugo o George Sand, se interesaron. Incluso Dante hizo análisis increíbles. Pero el verdadero precursor de esta ciencia humana fue el Abad Michon. Dirigía, a principios del s. XX, una escuela. Uno de sus profesores le comentaba frecuentemente los análisis que hacía de las diversas escrituras de sus alumnos. El abad encontró esto apasionante, por lo que hizo a los chicos varios tests y empezó a sacar conclusiones desde la escritura de cada uno.Creó todo un sistema de estudio de la misma. A su muerte, uno de sus alumnos, Crépieux-Jamin, siguió con estos trabajos haciéndolos más rigurosos. El mismo estableció los métodos de la grafología que se emplean aún hoy día.
Nuestra escritura está determinada ya desde que aprendemos a escribir, por el país en que nacimos. Los franceses, los ingleses, los norteamericanos... no escriben todos de la misma manera. Yo que he estado largos años al frente de una Oficina de Turismo y recibido miles de cartas,sabía, nada más echar un vistazo a la escritura, si aquella carta me venía de Inglaterra, Francia o España, por ejemplo. (sin mirar el sello).Esto quiere decir que todos tenemos un molde:El aprendizaje de la escritura en el colegio. Pero cada escritura es única. Entonces el carácter entra en juego. Por ejemplo, una persona emotiva no tendrá una escritura tranquila, .El nivel cultural también se ve en un estudio grafologico.
Hay personas que cambian de letra a lo largo de su vida. Es una cosa normal que le ocurre al 60% de la población. Simplemente porque la escritura cambia cuando la manera de expresar su carácter cambia.Los grafólogos tienen en cuenta 7 puntos en su análisis: El orden, la presión de la escritura, su dimensión, la forma, la inclinación, la rapidez y la inclinación de los renglones. Sin olvidar dos cosas muy importantes: La firma, que es la toma de posición de la persona ante la vida, y el simbolismo de los espacios, que, sobre todo, en los márgenes, es muy revelador.