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Pieles NO

martes, 29 de marzo de 2011

Historia de los botones






LOS BOTONES no fueron en principio unos elementos sujetadores para las prendas de vestir.Se trataba de discos decorativos que, a modo de joyas, se cosían en las ropas de hombres y mujeres. Y durante casi 3.500 años mantuvieron su carácter puramente ornamental, ya que agujas y cinturones se consideraba que bastaban para mantener en su debido lugar las ropas.
Los más antiguos botones decorativos datan de 2.000 a.C., aproximadamente, y fueron exhumados en excavaciones arqueológicas efectuadas en el Valle del Indo. Consisten en conchas de diversos moluscos talladas en formas triangulares y circulares, y perforadas con dos agujeros para coserlas a la prenda de vestir.
Los antiguos romanos y griegos usaron los botones de concha para adornar túnicas, togas y mantos, e incluso unieron botones de madera a alfileres que se fijaban a estas prendas como un broche. En yacimientos arqueológicos europeos se han recuperado botones de marfil y hueso labrados, muchos de ellos revestidos de oro y con gemas incrustadas, pero en ningún lugar, ilustración, texto o fragmento de vestimenta se encuentra la menor indicación de que un sastre de la Antigüedad concibiera la idea de oponer un botón a un ojal.
No es sorprendente que el nombre "botón" no apareciera hasta el s. XIII.
LOS OJALES.La práctica de abotonar una prenda surgió en la Europa occidental, y ello por dos razones.
En el s. XIII, las ropas holgadas y flotantes empezaban a verse sustituídas por otras más estrechas y ajustadas. Por sí solo, un cinturón no podía conseguir este efecto, y si bien podían hacerlo los alfileres, se requería gran cantidad de ellos,y a menudo se extraviaban. Con los botones cosidos, desaparecía el problema cotidiano de encontrar medios de sujeción al vestirse.
La segunda razón para la aparición de botones con ojales tiene que ver con las telas. En aquella misma época, se usaban tejidos más finos y delicados para las prendas de vestir, y éstos se estropeaban con la repetida penetración en ellos de los alfileres.
Y así surgió el moderno botón funcional, que dio toda la impresión de querer compensar con exceso el tiempo hasta entonces perdido. Los vestidos iban simplemente abiertos desde el cuello hasta los tobillos, a fin de poder utilizar toda una larga hilera de botones para cerrarlos (como las antiguas sotanas de los curas)y se dejaban aberturas en los lugares menos prácticos -a lo largo de las mangas y de las piernas- tan solo para exhibir botones que realmente abrochaban. Y los botones se cosían muy contiguos -hasta doscientos para abrochar un vestido de mujer-, lo que era un obstáculo a la hora de desnudarse, sobre todo si había prisa. Si la búsqueda de alfileres extraviados consumía largo tiempo, abotonar las prendas no podía considerarse una operación rápida.
Estatuas, grabados y pinturas de los s. XIV y XV atestiguan la manía de los botones, y la moda alcanzó su apogeo en el XVI, cuando se cosieron a las ropas botones de oro y plata, así como adornados con piedras preciosas,con fines meramente decorativos...como se había hecho antes de la creación del ojal.
En 1520, Francisco I, rey de Francia y constructor del palacio de Fontainebleau, encargó a sus joyeros 13.400 botones de oro que fueron cosidos a un solo vestido de terciopelo negro. El objetivo fué un encuentro con Enrique VII de Inglaterra, celebrado con gran pompa cerca de Calais, y en el que Francisco buscó en vano una alianza con el inglés.
El propio Enrique VII se enorgullecía de sus valiosos botones, que ostentaban los mismos dibujos que sus anillos. La botonadora y los anillos a juego fueron reproducidos en los retratos por el pintor alemán Hans Holbein.
La manía de los botones ha tenido cierto paralelo en el siglo XX, en la década de 1980, aunque con los cierres de cremallera. Gozaron de una popularidad temporal pantalones y camisas con cremalleras en los bolsillos, brazos y piernas, y otas muchas cremalleras que se abrían y cerraban sin ninguna finalidad concreta. Hoy en día esto sigue.
ABOTONARSE A LA DERECHA O A LA IZQUIERDA.-Los hombres se abrochan sus ropas de derecha a izquierda, y las mujeres de izquierda a derecha. Estudiando retratos y grabados de prendas con botones, los historiadores de la moda hacen remontar esta práctica al s. XV, y creen comprender su origen.
Las mujeres que podían costearse los caros botones de la época eran vestidas por sirvientas y camareras, en su mayoría diestras, que al encontrarse los botones de frente encontraban más fácil abrochar los vestidos de su señora si botones y ojales estaban cosidos como si los mirasen através de un espejo. Las modistas se mostraron de acuerdo, y esta convención nunca ha sido alterada ni dicutida.
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Otro día escribire sobre las cremalleras.
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Retratos de Francisco I de Francia y Enrique VII de Inglaterra.