Muchas veces hemos oído a los dietistas que tan importante es una dieta sana como dormir las horas suficientes para conseguir perder esos kilos que nos sobran. Aunque lo hemos escuchados la verdad es que no nos hemos parado a pensar el por qué de esa afirmación. De hecho son muchos los estudios científicos que establecen una conexión directa entre la cantidad de horas de sueño y la grasa corporal acumulada.
La explicación es sencilla: La leptina y la grelina son las dos hormonas encargadas de regular nuestro apetito. Cuando no descansamos lo suficiente - de 6 a 8 horas según distintos especialistas- nuestro cuerpo no fabrica esas dos hormonas en las cantidades necesarias como para que nuestra sensación de hambre desaparezca. De ahí que si dormimos menos tenemos, de forma continuada, esa sensación de apetito que nos lleva a estar “picando” todo el día.
Pero además a ésto hay que añadirle que la falta de sueño también nos provoca trastornos con otra hormona. Esta vez es con el Cortisol que se encarga del estrés y nos puede producir, de dormir menos horas de las debidas, una mayor necesidad de ingerir carbohidratos y, en definitiva, alimentos con alto contenido en calorías o también llamados alimentos “reconfortantes” porque nada más comerlos nos proporcionan ese estado de bienestar.
Además también con el sueño nuestro cerebro segrega la suficiente hormona del crecimiento como para ayudar a nuestro cuerpo a convertir la grasa en combustible. De ahí que un sueño escaso implique mayor acumulación de grasa.
Sin embargo, y después de toda esta aclaración, no debemos equivocarnos ni hacernos falsas expectativas. Es un error pensar que podemos atiborrarnos de comida y luego con dormir 10 horas seguidas poder perder esas calorías que hemos ingerido en demasía. No debemos olvidar que una buena dieta, unida a la práctica de algún deporte, y junto con tener un sueño reparador todos los días, hacen milagros en la lucha frente a las calorías y la grasa.
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