He encontrado este artículo, que me ha parecido interesante, que se refiere al dolor -o no-que sienten los animales al ser maltratados y torturados. Yo sé perfectamente, porque los he tenido en casa y no me he limitado a tenerlos, sino que los conozco profundamente, que los animales , sobre todo los vertebrados, tienen capacidad de sentir no solo dolor como los humanos, sino sufrimiento psicológico, vergüenza, humillación y otros sentimientos como los nuestros. Y que son, desde luego, mucho más nobles. Los animales solo matan para comer, para defenderse y cuando están asustados. No por placer, como el hombre. Además, yo estoy convencida (en mí no es una cuestión de fe, sino una cuestión empírica)de que tienen un alma como la nuestra.El papa polaco, que, la verdad, nunca me fue simpático, lo dijo, pero los medios casi no lo mencionaron. Claro, hay demasiados intereses en juego: Comercio de pieles, corridas de toros, peleas de gallos, etc. Caballos usados hasta la extenuación en Argentina, burros apaleados hasta morir, y un demasiado largo etcétera. Quien mas quien menos lo sabe. sobre todo si los aman y se han parado a pensar en los padecimientos que tienen que soportar. Yo conocía a un chico que trabajaba -solo para poner un ejemplo- en un matadero, y me dijo que los corderos y  los otros animales son desollados cuando aún viven.
Pero, ¿A quien le importa?
Mucha gente lerda, cuando lean esto, pensarán que el sufrimiento de las personas no me importa. Pues sí, y mucho. Pero un humano, si es adulto, puede habLar, puede razonar, puede preguntarse por qué le hacen esas cosas. O sea que no me vengan con monsergas de hipócritas.-
Los musulmanes matan corderos, pero el Corán dice que hay que hacerlo rápido y de la manera menos traumática. Y solo comen corderos adultos porque está prohibido comer lechales, es un gran pecado. Como comerse a un niño. Pero los cristianos  sobre todo cuando llegan sus grandes festividades, como la Navidad o la Pascua, organizan un gran holocausto de pequeños corderos o cerditos  que donde deberían estar es al lado de su madre. Nacer para morir a las pocas semanas es horrible.
Los taurófilos tienen la caradura de sostener que el toro no sufre.
Esta tarde he visto en el Facebook una foto que me ha impresionado: Un viejo burro.que seguramente solo ha recibido palos a lo largo de su vida,y ni una mala caricia,  atado a su carro, y apoyado en la pared, agotado y con el cuerpo lleno de magulladuras sanguinolientas.
Yo sé, al mirar a la cara un animal, si es feliz o no..No es ninguna tontería. Los animales también son expresivos, y la cara de sufrimiento de ese pobre burro que ya no puede casi tenerse en pie y se apoya en la pared me ha dado una pena horrible.
Pero todo esto, ¿a quien le importa?
Ningún partido político de derechas, izquierdas o centro ha hecho nunca nada para mejorar la situación de los animales. Tanto los domésticos como los de carga. Además, es curioso, pero la gente divide a los animales en dos: Los que son de compañía y los que son comida. A los primeros ya se les trata bastante mal, pero a los segundos es que para  la mayoría son solo objetos. En la Península he visto camiones que iban al matadero llenos de cerdos, corderos, terneras...con patas rotas porque los habían puesto unos encima de otros como cualquier carga. No les dan de comer ni de beber porque "sería comida y agua desperdiciada", y como van a morir dentro de horas...
Pero, ¿a quién le importa esto?
Me parece que fue Voltaire (no estoy segura pero es igual) quien dijo que el hombre había convertido a la tierra en un infierno para los animales". Yo creo que es verdad.
Pero, ¿a quién le importa?

    Argumento: "Los animales no poseen capacidad para sentir dolor y, por lo tanto, no tienen el interés de evitar el dolor"

Por Respuestasveganas
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Algunas personas, para intentar justificar el maltrato a los animales no-humanos, dicen que todas o algunas especies de animales no-humanos (toros "de lídia"[0], crustaceos, etc.) no tienen capacidad para sentir dolor.
Otras personas, en cambio, dicen que los animales no-humanos tienen capacidad para sentir dolor, pero añaden que sienten dolor de diferente manera a cómo sienten dolor los humanos[1]:
"Es evidente, indica, que aunque las ratas sufren dolor, hay que controlar sus poblaciones, aunque se pregunta si hay que hacerlas sufrir con venenos muy dolorosos. Eso sí, hay que tener en cuenta que su dolor no es igual al nuestro, pero también que no son máquinas, sino seres capaces de sufrir". Agustín Blasco, catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia

Formulamos de forma más clara el argumento que utilizan dichas personas. Éste iría como sigue:
(A1) "Existen animales no-humanos que no tienen capacidad para sentir dolor, por lo tanto, no tienen interés en evitar el dolor".
(A2) "Los animales no-humanos sienten dolor pero de manera diferente a los humanos".
(A3) Como (A1) y/o (A2) es verdadero entonces "Es éticamente correcto esclavizar y asesinar a los animales no-humanos".
RESPUESTA VEGANA:
Este argumento puede rebatirse de las siguientes maneras:
1. Desde el punto de vista de la Ética:
(i) Hay que diferenciar la capacidad para sentir dolor del dolor mismo. La capacidad para sentir dolor es muy útil para la supervivencia del individuo, pues mediante una experiencia negativa llamada "dolor", que puede presentarse en diferentes grados, el individuo se hace consciente de la necesidad de reaccionar frente a una amenaza para su integridad física. Por ello, dolor y consciencia no son cosas separadas sino que el dolor es un estado de consciencia, en este caso una experiencia negativa.
El dolor físico puede haber sido producido o estar produciéndose por una fuente externa o interna. La fuente de dolor externa produce una fuente de dolor interna. La reacción frente a una fuente de dolor externa puede consistir en un movimiento de huída o en un movimiento de ataque contra ella. La reacción frente a una fuente de dolor interna es la búsqueda de condiciones de bienestar o de curación, ello puede consistir en adoptar posiciones de encogimiento, búsqueda de alimento, búsqueda de alivio y de medicinas, etc. Tanto si la fuente del dolor es interna o externa, puede llegar a perderse la consciencia si es un dolor muy intenso.
Además de por un daño físico, una experiencia de dolor también puede producirse por otras causas: la muerte de un ser querido, por miedo, etc. En este caso no hablamos de dolor físico sino de dolor emocional. El dolor emocional intenso puede llegar a producir enfermedades físicas y por lo tanto un daño físico. Por lo tanto, daño físico y experiencia de dolor se retroalimentan porque cerebro y mente son la misma cosa.
Sin la capacidad para sentir dolor el individuo se dañaría sin ser consciente de ello, peligrando su integridad e incluso su vida, por ello, es bueno tener la capacidad de tener malas experiencias.
Quienes son sadomasoquistas tienen interés en sentir dolor, por lo tanto, para ellos el dolor es bueno, pero esto no es así para el resto de individuos: el dolor es malo pues frustra el interés de evitar el dolor. Como el dolor es malo, el individuo tiene el interés de aliviarlo y de acabar con la causa que lo produce, para que no peligre su integridad física. El dolor innecesario es malo.
(ii) Que alguien no sienta dolor no es una razón que justifique producirle un daño innecesario ni que justifique asesinarle. Debemos distinguir entre daño y dolor, pues puede haber daño con o sin dolor. Si a un individuo con capacidad para sentir, es decir, capaz de tener experiencias positivas y negativas, se le anestesia para no sentir dolor eso no es una razón que justifique no tener en cuenta los intereses de dicho individuo. Por ejemplo, si nos quedamos paralíticos y, por lo tanto, no sentimos dolor en las piernas, no hay ninguna razón que justifique que alguien nos las dañe. Igualmente, si nos ponen una anestesia general, eso no es una razón que justifique que nos maten.
(iii) Que existan diferencias entre experiencias de dolor de dos individuos no es una razón que justifique producir un dolor innecesario a uno de ellos. Las experiencias de dolor de los animales no-humanos pueden ser diferentes a las experiencias de dolor humanas pero también son negativas, y podrían ser más intensas que las experiencias de dolor de los humanos. Esto mismo ocurre entre los humanos adultos sanos y los humanos marginales (bebés, disminuídos psíquicos profundos, seniles, etc.).
"Brigid Brophy ha expresado la opinión de que, en la misma medida en que un animal no puede razonar abstractamente, el dolor que sufre puede ser aún mayor que el experimentado por un ser humano. El animal, en efecto, no tiene «otra cosa en qué pensar» (...) Brigid Brophy sugiere la idea de que el dolor puede inundar «la capacidad total de experiencia [de los animales] de un modo que es infrecuente entre nosotros, por cuanto nuestra inteligencia y nuestra imaginación pueden producir huecos en la inmediatez de nuestras sensaciones» (...) Así, aunque es cierto que animales y seres humanos poseen sistemas nerviosos similares, creo que no es adecuado sacar conclusiones respecto a los sufrimientos de un animal a base de nuestras propias experiencias. En otros términos, es muy probable que, al suponer que la conducta de un animal tiene que ser análoga a la propia, terminemos por calcular por debajo al tratar de determinar el grado de sufrimiento que el animal experimenta (...) Por tanto, nos es imposible tener una idea del dolor o sufrimiento que puede experimentar un animal y poder decir «cuánto» sufre, pues su mundo y el nuestro son distintos, de modo que aquí se quiebra toda analogía. No podemos simplemente sustraer en la imaginación lo que estimamos que constituye nuestra racionalidad y entonces concluir que sabemos cómo siente un animal. La similitud de los correspondientes sistemas nerviosos no da pie para afirmar que el dolor causado es idéntico. El sufrimiento que experimenta un animal puede ser en algunos casos menor que el nuestro y en otros casos puede ser más intenso (...) [Por ejemplo] en los seres humanos el estado de tensión desempeña un papel importante en la producción de úlceras, en la jaqueca e inclusive en el cáncer. Experimentos llevados a cabo sobre animales han mostrado que los ratones sometidos a alguna tensión que resultaba inevitable sufrían de tumores mayores y más numerosos que los ratones no sometidos a tensión, o a una tensión menor. Es posible que la tensión engendre una más aguda sensación de dolor o que ella misma sea causa de dolor. Si así es, la vida de animales en parques zoológicos, en circos, rodeos, (...) «granjas industriales», etc., donde quedan frustrados los instintos naturales y donde hay que vivir en condiciones de apiñamiento, puede muy bien engendrar estados de tensión y, con ello, de sufrimiento." José Ferrater Mora y Priscilla Cohn, Ética aplicada: del aborto a la violencia, Alianza Editorial, Madrid, 1981, pp. 73-77.

2. Desde el punto de vista de la ciencia:
(iv) Todos los individuos con un sistema nervioso central tienen capacidad para sentir dolor. Un individuo no tiene capadidad para sentir dolor porque sea un "animal" sino porque tiene un sistema nervioso central (sistema nervioso centralizado en un cerebro o en un ganglio cerebroide).
Las esponjas son de los pocos seres vivos que han sido clasificados como animales sin poseer un sistema nervioso, debido a ello no tienen capacidad para sentir y, por lo tanto, no tienen experiencia alguna. Los individuos con sistemas nerviosos no centralizados parece que tampoco pueden sentir[2].
Disponemos de tres indicadores que nos permiten concluir que los seres humanos no son los únicos animales que pueden sufrir y disfrutar: conducta, fisiología y lógica evolutiva. Pasamos a detallar cada uno de ellos:
CONDUCTA:
"Conducta: En ocasiones, se dice que podemos saber si un ser humano sufre o disfruta porque nos lo puede decir. Sin embargo, si viésemos a alguien llorando y retorciéndose y, entre sollozos y gemidos, nos indicase que está disfrutando, no lo creeríamos. Cuando vemos a alguien gesticular, retorcerse, chillar o gritar de un modo determinado, deducimos que está sufriendo. Y si lleva a cabo otro tipo de gesticulaciones, por ejemplo, si se ríe, suponemos que lo está pasando bien. Lo mismo ocurre en el caso de los animales de especies distintas a la nuestra. Cuando vemos a un perro que salta y mueve el rabo podemos deducir que está disfrutando, mientras que si gime de un modo determinado cabe concluir que está sufriendo. La clase de conducta que alguien manifiesta es un motivo para creer que está sintiendo placer o sufriendo, tanto en el caso de los humanos como en el animales de otras especies." Óscar Horta, "Animales humanos y no humanos: de la discriminación al respeto" [3]
FISIOLOGÍA:
Al contrario que las plantas, los humanos poseen un sistema nervioso y receptores benzodiazepínicos u opioides endógenos, como endorfinas, que alivian el dolor cuando reciben una lesión seria, lo que nos lleva a plantearnos la pregunta de por qué los animales no-humanos también poseen estas estructuras y sustancias si no sintieran dolor; no tendría sentido. Voltaire (1694-1778) ya se mofaba de los filósofos cartesianos –aquellos que defendían el mecanicismo animal, es decir, que los animales no sentían dolor– preguntando: "¿Ha dispuesto la naturaleza todos los resortes del sentimiento en este animal, para que finalmente no sienta?¿tiene nervios para no moverse?""Fisiología: Este es el indicador más importante. No sufrimos y disfrutamos por arte de magia, por alguna capacidad misteriosa cuya causa no podemos explicar con claridad. Por el contrario, podemos sufrir y disfrutar porque tenemos una estructura fisiológica que lo permite. Esta consiste en un sistema nervioso centralizado, mediante el cual no sólo recibimos estímulos, sino que tenemos la experiencia que nos ocasiona tal estímulo. No sólo ocurre que nuestro organismo reacciona ante una bajada de temperatura (por ejemplo, mediante el erizamiento capilar), sino que percibimos la sensación de frío. Pues bien, no sólo los seres humanos poseen un sistema nervioso. También muchos otros animales las poseen. Esto ocurre tanto en el caso de los vertebrados como en el de muchos invertebrados." Óscar Horta, "Animales humanos y no humanos: de la discriminación al respeto" [3]
LÓGICA EVOLUTIVA:
"Lógica evolutiva: La capacidad de sufrir y disfrutar posibilita a los seres con la posibilidad de moverse huir de aquello que les daña y acercarse a lo que les puede beneficiar (por ello, sería un absurdo evolutivo que aquellos seres sin la posibilidad de efectuar movimientos pudiesen sufrir y disfrutar). Ahora bien, no sólo los seres humanos podemos movernos, alejándonos o aproximándonos a lo que nos resulta negativo o positivo. Muchos otros animales tienen también esta capacidad. Así, no hay motivo evolutivo por el que sólo los seres humanos puedan tener experiencias positivas y negativas. Por otra parte, los seres humanos y los demás animales nos encontramos emparentados evolutivamente. No tiene sentido pensar que la capacidad de sufrir y disfrutar haya aparecido tan recientemente en la historia evolutiva que sólo los seres humanos la puedan poseer(1)." Óscar Horta, "Animales humanos y no humanos: de la discriminación al respeto" [3]
CONCLUSIÓN: Disponemos de tres indicadores que nos permiten concluir que los seres humanos no son los únicos animales que pueden sufrir y disfrutar: conducta, fisiología (sistemas nerviosos centrales) y lógica evolutiva. La similitud de los correspondientes sistemas nerviosos no da pie para afirmar que el dolor causado es idéntico: el sufrimiento que experimenta un animal no-humano puede ser en algunos casos menor que el nuestro y en otros casos puede ser más intenso. Esto mismo ocurre entre los humanos adultos sanos y los humanos llamados "casos marginales" (bebés, disminuídos psíquicos profundos, seniles, etc.). Que existan diferencias entre experiencias de dolor de dos individuos no es una razón que justifique producir un dolor innecesario a uno de ellos.

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INFORMACIÓN ADICIONAL:
CAPACIDAD DE DOLOR EN VERTEBRADOS
Richard Sargeant, en El espectro del dolor (1969), escribe lo siguiente[4]:
"Cada partícula de evidencia apoya la afirmación de que los mamíferos vertebrados superiores experimentan sensaciones de dolor al menos tan agudas como las nuestras. Decir que sienten menos porque son animales inferiores es absurdo; puede ser fácilmente demostrado que muchos de sus sentidos son mucho más agudos que los nuestros - agudeza visual en ciertas aves, oído en la mayoría de los animales salvajes y el tacto en otros; estos animales dependen más que nosotros hoy del entendimiento más agudo de un ambiente hostil. Aparte de la complejidad de la corteza cerebral (que no percibe el dolor directamente) sus sistemas nerviosos son casi idénticos al nuestro y sus reacciones al dolor extraordinariamente similares. Aunque careciendo (hasta donde sabemos) de los tonos filosóficos y morales. El elemento emocional es muy evidente, principalmente en la forma de miedo y enojo".

En 1962, Lord Brain, uno de los más eminentes neurólogos de su tiempo, publicó The assessment of pain in men and animals, donde escribió lo siguiente[5]:
"Casi todas las señales externas que nos llevan a deducir dolor en otros humanos pueden ser vistas en otras especies, especialmente las especies más cercanas a nosotros -las especies de mamíferos y aves. Las señales de comportamiento son retorcerse, contorsiones faciales, quejas, alaridos u otras formas de grito, intentos de evitar la fuente de dolor, apariencia de miedo ante la perspectiva de su repetición, y otros. Además, sabemos que estos animales tienen sistemas nerviosos como los nuestros, que responden psicológicamente como los nuestros cuando el animal está en circunstancias en las que nosotros sentiríamos dolor: una elevación inicial de la presión en la sangre, pupilas dilatadas, transpiración, pulso agitado, y si el estímulo continua, una caida de la presión sanguínea. Aunque los humanos tienen una corteza cerebral más desarrollada que otros animales, esta parte del cerebro está relacionada con las funciones pensantes más que con impulsos básicos, emociones y sentimientos. Estos impulsos, emociones y sentimientos están localizados en el diencéfalo, el cual está muy desarrollado en algunas otras especies de animales, especialmente en mamíferos y aves".

En 1871, Charles Darwin publicó El origen del hombre, y la selección en relación al sexo, donde escribió lo siguiente[6]:
"es obvio que los animales inferiores, al igual que el hombre, sienten placer y dolor, felicidad y miseria. La felicidad nunca se exhibe tan claramente como cuando juegan juntos animales jóvenes, tales como los gatitos, los cachorros, los corderos, etcétera, al igual que nuestros propios hijos". Charles Darwin

Los animales son capaces de sentir emociones. [7]
Al retirar a las crías de cobayas de sus madres, se activan los mismos mecanismos que en los seres humanos son indicativos de soledad y abandono (Wilheim, 2006, 29).
El divulgador Eduard Punset, escribe[8]:
"El hecho fundamental a tener en cuenta, sin embargo, es que las emociones -aunque transiten por oficinas dispares- tienen su sede oficial en el cerebro reptiliano. Tal vez por eso me ha costado siempre aceptar la tesis de que los reptiles y, con menos motivos todavía, los mamíferos no humanos, incluidos los primates sociales, no tienen emociones. Sería paradójico que en el curso de la evolución los homínidos hubieran situado el control de las emociones en el cerebro evolutivo si careciera de experiencia en estas lides. Con toda probabilidad, cuando hablamos de felicidad estamos refiriéndonos a una emoción compartida con el resto de los animales y gestionada desde la misma zona cerebral: la amígdala. Negarlo supone no solamente descartar la evidencia científica sino la empírica, pero ¡resulta tan cómodo ignorar las emociones de los animales!" Eduard Punset

Darwin escribe[9]:
"es obvio que los animales inferiores, al igual que el hombre, sienten placer y dolor, felicidad y miseria. La felicidad nunca se exhibe tan claramente como cuando juegan juntos animales jóvenes, tales como los gatitos, los cachorros, los corderos, etcétera, al igual que nuestros propios hijos”, y “el hecho de que los animales no humanos se excitan con las mismas emociones que nosotros está tan bien establecido." Charles Darwin


Boris, el toro, fue rescatado por Hillside Animal Sanctuary de una granja de producción industrial en Reino Unido, donde las espantosas condiciones de existencia lo habían enfermado. Aunque, una vez rescatado, se le proporcionaron todos los cuidados, no logró sobrevivir. Antes de morir, lloró con su cuidadora, quizá por agradecimiento, quizá por pena por no tener ya más fuerzas. (Link)
Los peces sienten dolor y miedo, y su comportamiento busca evitar el dolor. [10-12]
La neurología moderna está a punto de probar ahora la existencia de una moral innata en la que se sustentaría el altruismo social que hasta hace muy poco tiempo se cuestionaba. Ahora resulta que hasta los elefantes, dejados a sí mismos, son altruistas y se preocupan y hasta lloran por la salud del vecino.[13]
CAPACIDAD DE DOLOR EN INVERTEBRADOS
Muchos animales invertebrados no poseen cerebro tal y como lo entendemos, el sistema nervioso de los invertebrados superiores está constituído por una red de ganglios cerebroides o cerebrales que se disponen lateralmente por el cuerpo del animal, a diferencia de los vertebrados, en los invertebrados el sistema nervioso se ubica en posición ventral con respecto del cuerpo.
Los animales invertebrados pueden experimentar dolor gracias a sus ganglios cerebrales y huyen cuando sienten peligro.
Las leyes de varios estados incluyen a determinados invertebrados como los cefalópodos (pulpos, calamares) y crustáceos decápodos (langostas, cangrejos) en el ámbito de aplicación de las leyes de protección de los animales, lo que implica que a estos animales también se les considera capaces de experimentar el dolor y el sufrimiento.
Pero esto, en España, nadie se lo plantea.
Porque a España, uno de los países más crueles con los animales, todo lo anterior son tonterías y mariconadas.
Es una desgracia haber nacido y tener que vivir en un país así.
Un árabe me dijo una vez que no le gustaba nada España porque tenía lo peor de Oriente, lo peor de Occidente, y nada bueno de ambos.
 A este hombre las corridas de toros le horrorizaban, y de sensible tenía poco.Pero pensaba, cosa que a los españoles les va también muy cuesta arriba.