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Pieles NO

viernes, 27 de julio de 2018

¿Por qué la gente se come los mocos?



¡Niño, no te comas los mocos! ¡Sácate los dedos de la nariz! Estas expresiones son sumamente habituales y, seguramente, las has escuchado más de una vez a lo largo de tu vida. Es frecuente encontrar personas, sobre todo niños, que se hurgan con intensidad dentro de la nariz y, aunque menos habitual, tampoco son raros quienes se comen sus propios mocos provocando normalmente la repulsión de otras personas que se encuentran a su alrededor. Nos referimos en estos casos a la mucofagia, un fenómeno del que te hablaremos hoy.

¿Qué es la mucofagia?
Comerse los mocos es sano.
Según el Manual de Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, la mucofagia es un trastorno conductual o de comportamiento que no llega a ser considerado una patología, quedando fuera de los trastornos de alimentación y de los tipos de Trastornos Obesivo-Compulsivos.

Según algunos otorrinolaringólogos, esta conducta no está completamente explicada y lo consideran una conducta aprendida que es resultado de la mala educación de los niños y los adultos, aunque algunos psicólogos han sugerido también que diversos estados de ansiedad y de bloqueos emocionales por disímiles causas también pueden llevar a desarrollar esta costumbre en determinados momentos de la vida ¿Pero qué hay de la posibilidad de que comerse los mocos sea saludable? Veamos algo más sobre esto.

¿Comerse los mocos podría ser saludable?

Aunque hay quien afirma que la mucofagia puede provocar infecciones gastrointestinales o respiratorias, algunos especialistas en psicología o medicina, entre ellos el austriaco Friedrich Bischinger afirman que ingerir los mocos puede ser algo natural y sano. Según este médico, comerse los mocos tiene mucho sentido y es algo perfectamente natural, teniendo en cuenta que estas secreciones son un filtro que contiene bacterias y otras sustancias que impiden que sustancias y microorganismos nocivos lleguen a los pulmones. De esta manera, comerse esta mucosidad resultaría una especie de “vacuna natural” que reforzaría el sistema inmunológico de forma natural y por tanto los niños que lo hacen tendrían un desarrollo más saludable.

Otros investigadores alegan que es un comportamiento atávico también presente en muchos animales, es decir que es una cualidad hereditaria procedente de nuestros más lejanos antepasados, y que muchas veces los niños desarrollan la conducta tempranamente quizás debido a la necesidad de reincorporar la sal contenida en la mucosidad.



A pesar de todas estas afirmaciones, lo cierto es que no existe una explicación basada en datos científicos relevantes sobre los supuestos beneficios de la mucofagia en los seres humanos, y para la mayoría de las sociedades sigue siendo un acto repugnante y de mala educación que hay que corregir desde edades tempranas del desarrollo.


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