EX
LIBRIS
El
lazo afectivo y secreto existente entre el libro y su propietario
José
Miguel Valderrama
Conocemos como EX
LIBRIS a la estampa de pequeñas dimensiones que
se adhiere al reverso de la
cubierta o en la guarda de un libro teniendo como finalidad indicar la propiedad
del volumen. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua lo define
como una "etiqueta o sello grabado que se estampa en el reverso de la tapa
de los libros, en
la cual consta el nombre del dueño o el de
la biblioteca a que pertenece el libro".
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Autora:
Herminia Horwath (B) C4 |
Los ex libris pueden ser
ejecutados por cualquier procedimiento tradicional de estampación
(xilografía, calcografía, litografía y serigrafía) o mediante nuevas tecnologías
(reproducción fotográfica, diseño por ordenador, braille, etc.), y en ellos
figuran una o diversas imágenes, antiguamente heráldicas, hoy generalmente de
carácter
simbólico o alegórico, además de la locución latina ex libris o un
equivalente, el nombre y apellidos del titular o propietario. La expresión
latina ex libris está formada por la preposición ex, que indica origen o
procedencia, y el plural ablativo libris de la palabra latina liber. Su
significado, pues, como sustantivo españolizado EX LIBRIS, sería "de los
libros de..." y por extensión "libro de..." o "libro
perteneciente a... " El primer tratadista de ex libris de España, ya en
1875, fue Don Mariano Pardo de Figueroa, más conocido como el Dr. Thebussem. Y
en 1891 el francés Henri Bouchon en su obra Los exlibris y las marcas de
posesión del libro, daba una definición poética del mismo como "la marca
más antigua del amor sincero de los hombres por su bien literario. Es el
blasón del espíritu, una bella y original manera de justificar el sentido de
propiedad que no tiene otra explicación que el amor hacia los libros".
BREVE HISTORIA DE
LOS EX LIBRIS
La primera
marca de la que se tiene conocimiento como antecedente histórico de los ex
libris es una pequeña placa de barro cocido y esmaltada en azul, con
inscripciones jeroglíficas, que se conserva en el Museo Británico de Londres y
que pertenecía al faraón Amenofis III (s. XV a.C). Figuraba como distintivo de
posesión y se insertaba en la cajas de rollos de papiro pertenecientes al
faraón. También los escribas mesopotámicos hacían constar al final de una
obra además del titulo, la fecha y el nombre
del copista, el nombre del propietario.
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Autor:
Martín Oliete (E) C3 C5
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Durante la Edad Media los ex libris
fueron inscripciones manuscritas hechas por monjes calígrafos en códices,
biblias, beatos, libros de horas, o bien libros de caballería, feudos,
privilegios etc., que aseguraban y garantizaban la propiedad de las obras. No
obstante, no es hasta la invención de la imprenta en 1440, cuando se produce el
auténtico inicio del ex libris tal y como hoy lo concebimos. Al poder
multiplicarse las ediciones de libros es, tal como dice una de las mejores
definiciones del tema "cuando se adapta el procedimiento tipográfico y el
mismo xilográfico primitivo a la producción de etiquetas o estampas
susceptibles de ser adheridas a la parte interna de las encuadernaciones o a las
primeras hojas de los libros; siendo esta la forma por excelencia de la marca de
posesión del libro". En esta primera etapa del ex libris el tema que
predomina es el heráldico hasta que en el siglo XVIII es paulatinamente
sustituido por el alegórico. Las técnicas empleadas van desde la xilografía
durante los siglos XV y XVI, o la calcografía en los siglos XVII y XVIII hasta
la litografía, serigrafía y fotograbado del siglo XIX. La producción de ex
libris durante este periodo es más bien escasa hasta
llegar a finales del siglo XIX y comienzos del XX cuando se produce un
auténtico auge del ex libris coincidiendo con el Modernismo o Arte Nuevo y
favorecido por la Revolución Industrial.
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Autora: Yoko Ohira (JAP) C3 |
El desenvolvimiento económico hizo
que la cultura dejara de ser patrimonio exclusivo de la nobleza y el clero, y la
pomposa heráldica que era el motivo principal de los ex libris fue sustituida
por motivos alegóricos relacionados con las profesiones, aficiones o simples
preferencias de los nuevos propietarios de bibliotecas de la nueva burguesía.
Alrededor de 1900 se inician las primeras asociaciones, nace la figura del
coleccionista, auténtico vertebrador del exlibrismo durante todo el siglo XX,
se publican libros y revistas especializadas, se celebran congresos y
exposiciones y el cultivo de esta actividad pasa a manos de artistas que elevan
el nivel de calidad de las técnicas tradicionales de grabado. Desde entonces el
ex libris, que en sus principios se utili- zaba solamente para proclamar la
pertenencia de un libro, se convierte en un vehículo de expresión estética
siguiendo un itinerario evolutivo hasta alcanzar categoría de auténticas obras
de arte en miniatura, objetos de colección e intercambio a nivel internacional.
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Yo también tengo mi propio ex-libris, y es un sello de goma que pongo en todos mis libros. Lo dibujé yo misma con motivos alegóricos representativos de mis gustos y aficiones.
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