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Pieles NO

viernes, 2 de marzo de 2012

La Kumari-Dedicado a Ferdy 69




En Katmandú, capital del Nepal, durante el festival de Indra Jarta, miles de personas en Katmandú se reúnen en la plaza de Durbar para poder ver a una diosa en vida. Se llama Kumari y es apenas una niña. El día de la festividad de Indra Jarta es el único día que sale a la calle en una procesión que la lleva a través de las masas.

La Diosa en Vida es seleccionada a través de un elaborado ritual tántrico. En primer lugar, se realiza una prueba donde se buscan 32 perfecciones de belleza entre un amplio muestrario de niñas entre 4 y 7 años, que incluyen el color de los ojos, la tonalidad de la voz o la forma de los dientes.

Una vez superada esta prueba, las participantes emprenden la siguiente prueba que consiste en contener su miedo ante una diosa con cabeza de Búfalo pegando gritos en una habitación a oscuras. Luego deben superar una prueba mayor. Se sacrifican en la sala donde están las aspirantes a Kumari una docena de bueyes y luego las dejan a oscuras con ellos. Los terribles bramidos asustan a más de una de estas inocentes niñas y finalmente sólo aquella que es capaz de contener sus instintos y se muestra sosegada ante semejantes pruebas consigue subir al pedestal de la Diosa en Vida y convertirse en la Kumari. Ella y su familia se instalarán en la casa dispuesta para la diosa Kumari en el centro de Katmandú hasta que la niña llegue a la pubertad, momento en que se volverá a eligir una nueva diosa.

La Kumari no puede nunca tocar el suelo con los pies, y si tiene que desplazarse fuera de su palacio, debe ser llevada en brazos. Cada día la Kumari aparece en el balcón de su palacio, y cientos de personas que quieren verla se agolpan delante del mismo. Yo lo hice y la ví. Salió un momento y enseguida se metio, pero la gente estaba muy contenta de haberla visto.

Existe la superstición o creencia de que las niñas que han sido Kumaris tienen dificultades luego para encontrar marido, pues éste puede morir al casarse con una mujer que ha sido diosa, pero allí nos dijero que no era cierto, que todas acaban casándose y que a los maridos no les pasa nada.

El festival de Indra Jarta se celebra a principios de setiembre. Es posible que no tengáis ocasión de ver a la Kumari, pero sólo por el espectáculo en la calle con su colorido y alegría, la visita ya vale la pena.

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