- Lo que hay que saber sobre la elección del papa
El martes 12 de marzo se realizará el cónclave para la elección de el nuevo líder de la Iglesia Católica y estos son los pasos por los que pasarán los cardenales
Cuando un papa fallece o renuncia, como en el caso de Benedicto XVI (Joseph Ratzinger), comienza la etapa llamada Sede Vacante que dura hasta que se elija un nuevo pontífice.
El período se inició el 28 de febrero a las 20 horas y a partir de ahí entró en vigor la Universi Dominici Gregis, que define en estas ocasiones quién manda en la Iglesia Católica. En este caso, el cardenal Camarlengo, Tarcisio Bertone, fue el designado y quien deberá decidir la fecha del cónclave y convocarlo.
La convocatoria para el cónclave se realiza entre 15 y 20 días después de efectuada la renuncia y reúne todos los cardenales menores de 80 años, en este caso estará conformado por 117. Los mayores a esa edad no votan pero participan en las reuniones preparatorias y pueden ser elegidos.
Cardenales de todo el mundo viajan a Roma para elegir a su sucesor: 11 de ellos representan a África, 33 a América, 11 a Asia, 61 a Europa y uno es el representante de Oceanía.
El cónclave se realiza en la Capilla Sixtina en la ciudad del Vaticano, donde los cardenales se encuentran totalmente aislados y debe ser efectuado en absoluto secreto.
No se permite el ingreso de grabadores, celulares ni cámaras de fotos y los recaudos para la seguridad de los cardenales es extremo: son trasladados desde la Casa de la Santa Marta (donde se alojan) hasta la Capilla Sixtina en un transporte con vidrios blindados.
La decisión debe estar tomada en no más de 12 ó 13 días desde el inicio del cónclave. Si a los tres días de comenzado no hay consenso se realizará una pausa de un día y luego de otros siete escrutinios habrá otro receso de 24 horas.El más corto se realizó en 1503 en Roma, cuando luego de pocas horas fue elegido Julio II, y el más largo en Viterbo (Italia), y duró dos años, nueve meses y dos días para que finalmente se eligiera al papa Gregorio X, en septiembre de 1271.
La mayoría de votos requerida para definir la elección es de dos tercios de los votos de los electores presentes, en este caso 78.
Este proceso surgió de un cambio establecido por Benedicto XVI en junio de 2007 en el cual se establece además que cuando llegue el turno de los dos más votados, éstos no podrán participar en la votación.
No hay ningún requisito en cuanto a la nacionalidad y de acuerdo a la Iglesia cualquier bautizado varón podría ser electo Papa.
La votación se realiza en tres etapas, pre-escrutinio donde se praparan los papeles y se elige el encargado de leerlos, escrutinio es la votación en sí, y el post escrutinio que es la etapa de conteo de votos, quema y se realiza la fumata.
Cada votante elige al cardenal que prefiera y escribe su nombre en un trozo de papel –que tiene inscripta la leyenda “eligo in Summum Pontificem” en la parte de superior- con letra mayúscula y clara pero con una caligrafía diferente a la habitual para no ser reconocido.
Al introducir el voto cada cardenal realiza un juramento en voz alta: "Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido".
Una vez que todos votaron, los papeles se mezclan y se colocan uno por uno en un recipiente vacío. A medida que los papeles se van leyendo, se perforan con una aguja en el punto en que se encuentra la palabra "Eligo" y se encadenan con un hilo.
Al finalizar la lectura se atan los extremos con un nudo y así unidos se colocan sobre una mesa para realizar la fumata. Si no hubo un ganador se mezclan los papeles con paja húmeda y se queman produciendo un humo negro que significa que no se llegó a un acuerdo. Por el contrario el humo blanco es la señal de que la Iglesia ya cuenta con un nuevo líder.
Una vez que el elegido acepta su “elección canónica" como Sumo Pontífice, el primero de los diáconos -cardenal Protodiácono- anuncia desde el balcón de la Basílica vaticana la elección del nuevo Papa con la tradicional fórmula: "Nuntio vobis gaudium mágnum: Habemus Papam!" y este último imparte la bendición "Urbi et Orbi".
El período se inició el 28 de febrero a las 20 horas y a partir de ahí entró en vigor la Universi Dominici Gregis, que define en estas ocasiones quién manda en la Iglesia Católica. En este caso, el cardenal Camarlengo, Tarcisio Bertone, fue el designado y quien deberá decidir la fecha del cónclave y convocarlo.
La convocatoria para el cónclave se realiza entre 15 y 20 días después de efectuada la renuncia y reúne todos los cardenales menores de 80 años, en este caso estará conformado por 117. Los mayores a esa edad no votan pero participan en las reuniones preparatorias y pueden ser elegidos.
Cardenales de todo el mundo viajan a Roma para elegir a su sucesor: 11 de ellos representan a África, 33 a América, 11 a Asia, 61 a Europa y uno es el representante de Oceanía.
El cónclave se realiza en la Capilla Sixtina en la ciudad del Vaticano, donde los cardenales se encuentran totalmente aislados y debe ser efectuado en absoluto secreto.
No se permite el ingreso de grabadores, celulares ni cámaras de fotos y los recaudos para la seguridad de los cardenales es extremo: son trasladados desde la Casa de la Santa Marta (donde se alojan) hasta la Capilla Sixtina en un transporte con vidrios blindados.
La decisión debe estar tomada en no más de 12 ó 13 días desde el inicio del cónclave. Si a los tres días de comenzado no hay consenso se realizará una pausa de un día y luego de otros siete escrutinios habrá otro receso de 24 horas.El más corto se realizó en 1503 en Roma, cuando luego de pocas horas fue elegido Julio II, y el más largo en Viterbo (Italia), y duró dos años, nueve meses y dos días para que finalmente se eligiera al papa Gregorio X, en septiembre de 1271.
La mayoría de votos requerida para definir la elección es de dos tercios de los votos de los electores presentes, en este caso 78.
Este proceso surgió de un cambio establecido por Benedicto XVI en junio de 2007 en el cual se establece además que cuando llegue el turno de los dos más votados, éstos no podrán participar en la votación.
No hay ningún requisito en cuanto a la nacionalidad y de acuerdo a la Iglesia cualquier bautizado varón podría ser electo Papa.
La votación se realiza en tres etapas, pre-escrutinio donde se praparan los papeles y se elige el encargado de leerlos, escrutinio es la votación en sí, y el post escrutinio que es la etapa de conteo de votos, quema y se realiza la fumata.
Cada votante elige al cardenal que prefiera y escribe su nombre en un trozo de papel –que tiene inscripta la leyenda “eligo in Summum Pontificem” en la parte de superior- con letra mayúscula y clara pero con una caligrafía diferente a la habitual para no ser reconocido.
Al introducir el voto cada cardenal realiza un juramento en voz alta: "Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido".
Una vez que todos votaron, los papeles se mezclan y se colocan uno por uno en un recipiente vacío. A medida que los papeles se van leyendo, se perforan con una aguja en el punto en que se encuentra la palabra "Eligo" y se encadenan con un hilo.
Al finalizar la lectura se atan los extremos con un nudo y así unidos se colocan sobre una mesa para realizar la fumata. Si no hubo un ganador se mezclan los papeles con paja húmeda y se queman produciendo un humo negro que significa que no se llegó a un acuerdo. Por el contrario el humo blanco es la señal de que la Iglesia ya cuenta con un nuevo líder.
Una vez que el elegido acepta su “elección canónica" como Sumo Pontífice, el primero de los diáconos -cardenal Protodiácono- anuncia desde el balcón de la Basílica vaticana la elección del nuevo Papa con la tradicional fórmula: "Nuntio vobis gaudium mágnum: Habemus Papam!" y este último imparte la bendición "Urbi et Orbi".
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