Cada año, y coincidiendo con el solsticio de verano, organizo para los amiguetes una merienda en mi casa. Diego, el de la camisa azul, lo llama "El solsticio del gazpacho", y el nombre me parece muy buen puesto, pues empezamos por un gazpachete sevillano, tal como lo hacía mi abuela y luego mi padre.
Y es que el verano es una maravilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario