pieles no

pieles no
Pieles NO

jueves, 20 de enero de 2011

Esto lo dedico a todos mis amigos ateos, que son buenísimas personas y no se imaginan lo que les espera cuando ya no estén en este mundo





Creo en que llegará un día en que los hombres se darán cuenta de que no hay un mundo material y otro espiritual, sino que ambos son el mismo, son la misma cosa. La ciencia dará la razón a la religión y la religión y la ciencia serán la misma cosa. Creo que todos somos parte de Dios, porque fuimos creados a su imagen y semejanza. Pienso que Dios es más humano de lo que nos figuramos, y que nosotros somos también más divinos de lo que pensamos. Que si queremos podemos hacer lo que se nos antoje. Creo en el poder de la oración, y no hace falta para ello una gran fe; basta tener muy poca, como dijo Isa (Jesús), que bastaba tener un poquito, como un grano de mostaza, y con eso se podían mover montañas. Eso basta, no para mover a una montaña, sino mucho más: Eso basta para mover a Dios.Dios es agradecido y no niega nada a quien se lo pide. Jesús lo dijo con toda claridad:"Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá;porque quien pide recibe, quien busca encuentra, y a quien llama se le abre". Esto no es solo una frase, es una verdad que se cumple al pie de la letra. Pero Dios, como me parece, -ya lo dije antes- se asemeja a nosotros más de lo que creemos, necesita también amor.Todos los humanos lo necesitamos,el amor, pero no pensamos que El también desea recibirlo de los hombres. Y los hombres le aman poco. Le temen, le ignoran, le odian porque piensan que es el causante y responsable del mal del mundo, pero muy pocos le aman. Y Dios es agradecido.Es aquello de que "amor con amor se paga". Y Dios paga al ciento por uno.Es es el amor en estado puro.
Yo no pienso ser una malvada, pero tampoco soy una buena persona. Pero puedo decir porque lo he experimentado, que Dios nunca (nunca, ¿eh?) me ha negado nada que le haya pedido.Es más, me ha dado tanto, tantísimo, sin pedirlo, que aunque me pasase el resto de mi vida rezandole sin parar y dándole gracias, no me bastaría el tiempo para agradecerle todo lo que me ha dado. Me ha mimado, achuchado, cogido en brazos y consentido de una forma que a mí me deja asombrada. Y no quiero decir con esto que no haya sufrido, que sí y bastante, pero todo se da por bien empleado cuando viene Dios y le da a una un abrazo, le lleva al extremo del mundo y se lo enseña como El lo ve.
Hay mucha gente que dice: "Dios no me hace caso".Pero creo que es porque no le piden nada. Dios no defrauda nunca. Yo, como soy musulmana, no rezo a estatuas, y me parece idolatría tener imágenes de santos o vírgenes o crucifijos y rezarles y pedirles cosas. Pero antes de convertirme al Islam tampoco lo hacía; yo me entendía directamente con Dios, que es el jefe.Y sabía que ése no fallaba. Y cuando sucede algo que parece malo, siempre a la larga es para bien. Dios no me ha abandonado nunca, siempre ha estado al quite y me ha sacado de muchos peligros y apuros.Lo siento cerca y siento su amor. Eso del "silencio de Dios", del que se quejan muchos intelectuales y teólogos, para mí no tiene sentido.
Si se logra confiar ciegamente en Dios, y sentirlo cerca, se pierden todos los temores. Dicen los salmos:"Aunque tenga que atravesar el Valle de las Sombras de la Muerte, nada temeré, porque Tú, Señor, estás conmigo".
Tengo una amiga musulmana, argelina, que se llama Leyla, que siempre está contenta. Y es por eso.
La única verdadera desgracia que nos puede suceder es perder nuestra alma inmortal. Todo lo demás, enfermedades, accidentes, etc., no son más que molestias e inconvenientes. Pero desgracia sólo hay una.Y la gente no se prepara para la muerte, porque tiene miedo y solo ve el folklore de la misma, que es feo y desagradable. Pero morir, para alguien que confía en Dios y le tiene por amigo, es como la mariposa que sale del capullo y echa a volar. Por eso me maravilla que poca gente se prepare para esta último viaje, lo más importante de nuestra vida, más aún que el nacimiento. Pero prefieren no pensar. No lo entiendo.
Y otra cosa que tampoco comprendo, pero que es cierta: Dios tiene sus preferencias, como cualquier ser humano. Esto lo he podido comprobar a lo largo de mi vida. Dice el Corán en la sura del Trueno, versículo 26:
"Dios da a quien quiere y también se lo quita. La gente se contenta con la vida de aquí;pero en relación con la última, esta no es más que un disfrute efímero.
Y dicen los que no creen: ¿Por qué Dios no manda signos?
Pero es cierto que Dios pìerde a quien quiere y guía hacia El a quien a El se dirige"
Y dijo también Isa: "Al que tiene mucho, se le dará aún más, pero al que tiene poco, hasta lo poco que tenga le será quitado".
Yo esto último no lo he entendido jamás. Si hay alguien que me lo pueda explicar, porfa que lo haga. La frase me deja perpleja.

No hay comentarios: