pieles no
martes, 18 de enero de 2011
Reproduzco esto del Blog "Gotas de lluvia" y otros afines, por parecerme de gran interés.
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España: los niños robados del franquismo
http://observadorglobal.com/espana-los-ninos-robados-del-franquismo-n14698.html
OBSERVADORES
por David Posada Menéndez - Desde España
Varias instituciones españolas inician, tímidamente, la investigación de robos de bebés y niños durante la dictadura de Francisco Franco. Lo que comenzó como parte de una operación de exterminio político en las cárceles femeninas de postguerra, acabó convirtiéndose en una red mafiosa que se extendería hasta los primeros años de la democracia. Se estima que el número de víctimas podría alcanzar hasta los 300 mil menores.
En los últimos meses de 2010 se dieron los primeros pasos para investigar el robo de niños durante la dictadura del general Francisco Franco en España. Después de décadas de silencio y de varios años de infructuosas denuncias públicas, el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid da a conocer que está realizando un estudio estadístico sobre los fallecimientos de bebés que se produjeron en la Maternidad de O’Donnell entre 1961 y 1971, muchos de los cuales podrían ser falsos. El fin es “ponerlo a disposición” de aquellos que crean que sus familiares pudieron ser robados y adoptados por otras familias.
Asimismo, el Fiscal-Jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, ya en el mes de Noviembre, solicitó al Ministerio de Justicia la creación de una oficina de atención a las víctimas en la que se coordinen las actuaciones en todos los casos. La plataforma que aúna a los afectados por estos robos de niños pretende que sea la Audiencia Nacional quien investigue los hechos, pero un problema de competencias, el debate sobre la posible prescripción de los delitos y la Ley de Memoria Histórica vigente suponen un obstáculo para su investigación penal.
El caso comenzó su devenir por los tribunales españoles de la mano del juez Baltasar Garzón, dentro de la causa por él iniciada para investigar los crímenes del franquismo. Un problema añadido en este caso es el hecho de que se entremezclan dos motivaciones: primero, una ideológica, de exterminio de una facción política, y segundo, una trama mafiosa que extendería su vida hasta los años 80.
LOS ROBOS DE POSTGUERRA
“Yo sé que lo parí. Se lo llevaron para bautizarlo, pero no me lo devolvieron. No lo volví a ver más. Supongo que un matrimonio que no tuviera hijos se lo quedó, pero a mi no me pidieron permiso”. Este es el estremecedor relato que la ya fallecida Emilia Girón, presa y torturada por ser hermana del guerrillero Manuel Girón, “El León del Bierzo”, hizo para el documental “Los Niños Perdidos del Franquismo”.
La España de postguerra es un país sumido en uno de los episodios más negros de su historia, donde las cárceles están atestadas de milicianos defensores de la legalidad republicana. Los avances que la II República trajo para la mujer española la convirtieron en una protagonista más de su historia pero, tras la victoria fascista, fue devuelta al ostracismo. Un olvido que tiene su imagen más esclarecedora en las cárceles femeninas, donde a las vejaciones habituales por motivos políticos, se les añade el castigo al atrevimiento de elevarse sobre el papel sumiso que la nueva España de Franco tenía reservado a las mujeres.
En estas cárceles comenzó el operativo franquista para cortar los hilos de la generación republicana con sus hijos, en un intento por eliminar a futuros opositores y convertirlos en fieles adeptos al régimen a partir del adoctrinamiento desde la cuna. Así es que los casos de bebés sustraídos no son pocos.
En prisión, junto con sus madres, entraron muchos niños, de los cuales nunca se ha tenido registro. En el caso de embarazadas era bastante común que tras el parto se comunicara a la reclusa que su hijo había muerto. Y si éstas estaban condenadas a muerte, eran ejecutadas inmediatamente después de dar a luz. La gran mayoría de estos pequeños jamás acababan en manos de sus familiares, sino en una institución llamada Auxilio Social.
En las manos del Auxilio Social también caían los niños reclamados por España al extranjero, en una operación de propaganda política. Durante la guerra civil muchas familias republicanas se vieron obligadas a poner a salvo sus hijos enviándolos fuera del país, especialmente a Francia y a la Unión Soviética. Con la colaboración de las Francia y Bélgica ocupadas, se calcula que retornaron a España más de 20 mil niños de los 32 mil que fueron evacuados a estos países. Muchos de los familiares de estos niños fueron dados por desaparecidos, por lo que el Estado se hizo cargo de ellos.
A principios de los años 40, Franco creó el marco jurídico para legalizar los robos. En 1940 la ley permitía a las reclusas permanecer con sus hijos hasta que estos alcanzaran la edad de 3 años, tras lo cual pasaban a manos del Estado. Al año siguiente legisló sobre los niños abandonados, donde el Estado se haría cargo de “los niños que los rojos obligaron a salir de España”. Estas disposiciones permitían “que los padres de los niños que ingresaban en el Auxilio Social perdieran la patria potestad, que pasaba al Estado” y “el cambio de apellidos siempre y cuando la familia adoptante fuera profundamente católica y adicta al régimen”, asegura el historiador Ricard Vinyes.
EUGENESIA DE LA HISPANIDAD
El corpus teórico de esta operación, en la línea de las aberraciones del III Reich, era ofrecido por el psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera, Jefe de los Servicios Psiquiátricos Militares. Según sus teorías, expuestas en obras como “Eugenesia de la Hispanidad y Regeneración de la Raza”, se comprueba “la inferioridad mental de los partidarios de la igualdad social y política (…). La perversidad de los regímenes democráticos favorecedores del resentimiento promociona a los fracasados sociales con políticas públicas, a diferencia de lo que sucede con los regímenes aristocráticos donde sólo triunfan socialmente los mejores”.
En su obra también hace gala de su misoginia, asegurando que “cuando desaparecen los frenos que contienen socialmente a la mujer (…) entonces se despierta en el sexo femenino el instinto de crueldad (…) que no queda satisfecha con la ejecución del crimen sino que aumenta durante su comisión”.
Vallejo-Nájera concluye que “el marxismo es una enfermedad y en nuestras manos está en gran parte su tratamiento”, el cual consistió, en parte, en arrancar a la nueva generación de españoles de las manos de sus madres republicanas para educarla bajo la doctrina del nuevo Estado que acababa de nacer.
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