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miércoles, 11 de julio de 2012

Internet y el número de la Bestia-www=666






666=WWW En los últimos años han surgido interpretaciones, que cada vez ha ido ganando más adeptos, que identifican el 666, no con una persona ni un ser vivo, sino con un objeto: Internet y, en particular, con la parte más significativa de ésta: la World Wide Web (www).

Esta teoría puede resumirse de la siguiente manera: La sexta letra de los alfabetos semíticos es la waw, es decir, nuestra w. Estas lenguas (menos el árabe) emplean además las primeras letras de su alfabeto para identificar los números (no tenían unos símbolos aparte para las cifras). El 6, en estas lenguas, se escribe con la letra waw: por lo tanto, 666 = www (waw waw waw). Los fundadores del cristianismo y redactores originales del Nuevo Testamento hablaban en lenguas semíticas (arameo y hebreo).

Los primeros indicios de esta vinculación surgieron a finales del siglo XX, cuando, tras la realización de unas excavaciones arqueológicas que intentaban buscar los restos de las ciudades bíblicas de Sodoma y Gomorra en las cercanías del Mar Muerto, se encontraron restos de una antigua cultura semítica, hasta el momento desconocida, que, en sus grabados, identificaba el fin del mundo en el futuro con un ser ligado a tres símbolos repetidos, muy parecidos a la letra omega mayúscula griega (Ω). La omega mayúscula griega es un símbolo, además, en la tradición cristiana, relacionado con el final de los tiempos y que, visualmente, no es más que una v puesta al revés. La omega minúscula (ω), por otra parte, es nuestra w. A estos tres símbolos mencionados les atribuyeron la posible pronunciación [uom]: la señal de ese ser sería, por tanto, uom, uom, uom.

Un reportaje sobre dichas excavaciones fue emitido, ya hace años, en la televisión española.

Los tres símbolos ligados al ser que traería el fin del mundo.

Esto llevó a su identificación con la letra [waw], presente en los alfabetos semíticos arameo, hebreo y árabe, que representa a la w del alfabeto latino y que es, precisamente, la 6ª letra en la ordenación de los alfabetos hebreo (ו), arameo, fenicio y púnico, y también en la ordenación alfabética árabe tradicional (و), es decir, en el orden del abyad. También es la sexta letra del alfabeto etrusco. El número 6, por tanto, indicaría sencillamente la 6ª letra de los alfabetos en que se escribieron originalmente los textos bíblicos y representaría la letra w. Así, 666 no sería más que www (World Wide Web). En favor de esta hipótesis, aducen que, explícitamente, en el Apocalipsis se dice que, en el futuro, "ninguno pueda comprar o vender, a no ser el que lleve esa marca, [que es] el nombre de la bestia o el número de su nombre", lo cual lo relacionaría con el comercio electrónico, cada vez más extendido a través de la red (Apocalipsis 13, 17).

Por otra parte, la letra [waw] en arameo y árabe (y, más esquemáticamente en hebreo) se dibuja como un 9, es decir, un 6 invertido, y la inversión de símbolos, como la cruz invertida, tradicionalmente ha sido un recurso utilizado por el satanismo, razón adicional que ha llevado a identificar dicha letra con este número. Debe recordarse, por otra parte, que el arameo era supuestamente la lengua que empleó Jesús en sus predicaciones.

La equivalencia entre nombre y número, además, queda clara en el Apocalipsis:


"y que ninguno pueda comprar o vender, a no ser el que lleve esa marca, [que es] el nombre de la bestia o el número de su nombre. Aquí es [donde se ve] la sabiduría. El que tenga inteligencia descifre el número de la bestia, pues es el número de un ser humano: su número es seiscientos sesenta y seis." (Apocalipsis, 13, 17-18)*


En contra de esta teoría, cabe aducir que el libro del Apocalipsis especifica que el número 666 se refiere a un "número de un ser humano", no a una fecha o cosa (Apocalipsis 13, 18), aunque nada impediría que, en un futuro, alguna empresa u organización se hiciera inconscientemente o conscientemente con el dominio de Internet, y, en la cúspide de toda organización o empresa siempre hay personas.

Otros teóricos también indican que, siendo la letra W una forma de escribir el 6 en la numeración romana (VI), entonces www (la "World Wide Web") representaría este número.

La waw (w) aramea, hebrea y árabe, con su típica forma de 6 invertido. La inversión de símbolos tradicionalmente ha sido un recurso utilizado por el satanismo.

La waw es la sexta letra del alfabeto arameo, idioma en que hablaba Jesús.

La waw es también la sexta letra del alfabeto hebreo, idioma empleado por los sacerdotes en los tiempos de Jesús.

La waw es también la sexta letra de los alfabetos fenicio y púnico.

La waw es también la sexta letra del alfabeto etrusco.

La waw era también la sexta letra del alfabeto árabe en su ordenación tradicional.


El 666 también aparece, con cada una de sus cifras en posición equidistante, en todos los códigos de barras.


El origen "diabólico" de la letra w

La letra w, así como la v y la u, procede de la waw fenicia, como dijimos, sexta letra de su alfabeto. En su variante egipcia hiératica adopta la forma de un tridente (similar a ψ)** o de una cabecita con cuernos, con algo más de proximidad a la w actual. Es como una omega minúscula (ω) alargada a la que se le añadiese un palo central. La omega minúscula, por otra parte, tiene el mismo origen.

Por último, debe señalarse que la waw fenicia es también el origen de nuestra F, curiosamente la sexta letra de nuestro alfabeto.

La waw fenicia, sexta letra de su alfabeto, origen de nuestra w y emparentada con la ψ egipcia hierática.

Curiosidades adicionales

Una última curiosidad: En la película de ficción El día de la Bestia, de Álex de la Iglesia, se sitúa el nacimiento del Anticristo entra las Torres KIO de Madrid, rascacielos inclinados que, curiosamente, forman una V invertida. Madrid es, además, la única población del mundo que tiene erigida una estatua al Ángel Caído, situada, por otra parte, exactamente a 666 metros sobre el nivel del mar.
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Steward Relfe supuso que si el versículo 17 del capitulo 13 del Apocalipsis insistía en que "nadie podrá comprar ni vender" sin la marca de Satán, debería orientar sus pesquisas hacia el mundo de la economía. Y allí se encontró con los códigos de barras, un ingenioso sistema de clasificación informática que ya está impreso en la casi totalidad de los productos comerciales que adquirimos. Si nos detenemos un instante a observar uno de esos códigos (el lector puede hacer ahora mismo al prueba), veremos como al principio hay una barra doble un poquito más larga que no tiene número debajo como las demás; justo en el medio hay otra igual, y una tercera idéntica se encuentra al final del código.
Pues bien, Mary Steward, después de localizar la empresa que había diseñado este sistema, averiguó que cada una de estas barras simboliza un 6, la clave hexadecimal que descodifica toda la información acumulada en el código. Es decir, que -según esta autora- que en cada uno de estos códigos de barrase ocultan tres 6, o dicho de otra manera, una clave 666 controla ya la economía internacional.

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