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Pieles NO

domingo, 14 de abril de 2013

Torturas ejemplares

HOMENAJE A LAS MUJERES DE LA REPUBLICA HUMILLADA Y ASESINADAS POR LA FALANGE FRANQUISTA 
ISI-UISA-CS
Antonio Ortiz
En efecto, las autoridades del pueblo (Falange, Guardia Civil, requetés…) detenían a las mujeres y les sometía a su ritual de humillación: les rapaban el pelo al cero, las obligaban a beber aceite de ricino para provocarles diarreas y las obligaban a ir por la calle haciéndose aguas mayores a causa del purgante, por las principales calles de las poblaciones «liberadas», en ocasiones acompañadas por la banda de música del pueblo.
El  desfile callejero no fue un hecho aislado sino común y sistemático, y en toda la zona nacional y en Burgos muy común hasta en las aldeas más diminutas. Un espectáculo dantesco público de denigración y de  regocijo por parte de los vencedores. El paseo por la calles iba acompañando, insultos, abucheos, escupitajos y algunas pedradas. ¿Quién los dio? ¿Cuál fue el papel del resto de las mujeres?  Aquí al sur de la provincia, en Aranda, los falangistas pasearon a un grupo de 30 mujeres rapadas y purgadas, acompañadas de la banda de música  La  exhibición pública  se trataba de un ritual de sometimiento de las mujeres republicanas, de estigmatizarlas y humillarlas, además se  les obligaba a rezar, a cantar el cara el sol.
Toda esta violencia visible, que se repitieron más de un día en los pueblos no hubiera sido posible sin la participación vecinal en la degradación. Fue un hecho la insolidaridad de otras mujeres con las sufridoras de su mismo sexo.
Más arriba hemos mencionado que el acto con llevaba al menos tres actuaciones: Una de ellas es el Corte de pelo, los desfiles procesiones de mujeres peladas. Era el escarnio público, un atentado contra la integridad física y moral. Se trataba de un detrimento de la integridad física y moral de las víctimas. De esta forma rapándolas trataban de humillar visualmente a la víctima marcándola; mutilación de un elemento físico claramente femenino.
Otra era el acompañamiento por la ingesta de ricino causaba diarreas y vómitos, bajo los efectos purgantes del aceite de ricino escarmiento ejemplarizante. El aceite de ricino es extraído de las semillas de la planta de ricino. La aplicación conocida es como purgante. El efecto se basa en la acumulación de agua en el intestino y  en la irritación de las mucosidades que aceleran el vaciado del sistema intestinal. La primera referencia del uso punitivo es de los Fasci di Combattimento empleaban purgas para intimidar. La importación  se produce en 1931, con la organización de  Ramiro Ledesma, empeñada en imitar al fascismo. La máxima “popularidad” del ricinamiento comienza con la Falange.  Durante la guerra el ricino se convierte en un elemento de represión en la retaguardia, destinado a las mujeres; con los varones se empleaban otras técnicas menos sutiles. Se solía decir que el fuerte poder laxante del aceite depuraba su “tóxico interior” y el corte del cabello servía como censura de su libertinaje. En los primeros años de la postguerra se continuó usando el purgante  en los cuartelillos de la Guardia Civil.
HOMENAJE A LAS MUJERES DE LA REPUBLICA HUMILLADA Y ASESINADAS POR LA FALANGE FRANQUISTA
ISI-UISA-CS
Antonio Ortiz
En efecto, las autoridades del pueblo (Falang...e, Guardia Civil, requetés…) detenían a las mujeres y les sometían a su ritual de humillación: les rapaban el pelo al cero, las obligaban a beber aceite de ricino para provocarles diarreas y las obligaban a ir por la calle haciéndose aguas mayores a causa del purgante, por las principales calles de las poblaciones «liberadas», en ocasiones acompañadas por la banda de música del pueblo.
El desfile callejero no fue un hecho aislado sino común y sistemático, y en toda la zona nacional y en Burgos muy común hasta en las aldeas más diminutas. Un espectáculo dantesco público de denigración y de regocijo por parte de los vencedores. El paseo por la calles iba acompañando de insultos, abucheos, escupitajos y algunas pedradas. ¿Quién los dio? ¿Cuál fue el papel del resto de las mujeres? Aquí al sur de la provincia de Burgos, en Aranda, los falangistas pasearon a un grupo de 30 mujeres rapadas y purgadas, acompañadas de la banda de música La exhibición pública se trataba de un ritual de sometimiento de las mujeres republicanas, de estigmatizarlas y humillarlas, además se les obligaba a rezar, y a cantar el Cara al Sol.
Toda esta violencia visible, que se repitió más de un día en los pueblos no hubiera sido posible sin la participación vecinal en la degradación. Fue un hecho la insolidaridad de otras mujeres con las sufridoras de su mismo sexo.
Más arriba hemos mencionado que el acto con llevaba al menos tres actuaciones: Una de ellas es el corte de pelo, los desfiles procesiones de mujeres peladas. Era el escarnio público, un atentado contra la integridad física y moral. Se trataba de un detrimento de la integridad física y moral de las víctimas. De esta forma rapándolas trataban de humillar visualmente a la víctima marcándola; mutilación de un elemento físico claramente femenino.
Otra era el acompañamiento por la ingesta de ricino causaba diarreas y vómitos, bajo los efectos purgantes del aceite de ricino escarmiento ejemplarizante. El aceite de ricino es extraído de las semillas de la planta de ricino. La aplicación conocida es como purgante. El efecto se basa en la acumulación de agua en el intestino y en la irritación de las mucosidades que aceleran el vaciado del sistema intestinal. La primera referencia del uso punitivo es de los Fasci di Combattimento, que  empleaban purgas para intimidar. La importación se produce en 1931, con la organización de Ramiro Ledesma, empeñada en imitar al fascismo. La máxima “popularidad” del ricinamiento comienza con la Falange. Durante la guerra el ricino se convierte en un elemento de represión en la retaguardia, destinado a las mujeres; con los varones se empleaban otras técnicas menos sutiles. Se solía decir que el fuerte poder laxante del aceite depuraba su “tóxico interior” y el corte del cabello servía como censura de su libertinaje. En los primeros años de la postguerra se continuó usando el purgante en los cuartelillos de la Guardia Civil.

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