Me he puesto muy contenta de que haya sido elegido el sandinista Daniel Ortega. En su día conocí a algunos de éstos en Cuba, que se estaban reponiendo de heridas de guerra, y son gente muy maja. A ver si le va bien. Lo que me gusta más de estos líderes centro y sudamericanos es que no le tienen ningún respeto al rey de España, y le tratan como a una persona normal, cosa que en Europa no sucede, pues la gente allí tiene aún imprimido en los genes la veneración de los reyes cuando eran consagrados por el papa, y eran "de derecho divino", y considerados semidioses. Da gusto oír las trifulcas que se organizaron cuando el "campechano" Juan Carlos se puso en plan chulete en una cumbre de países latinoamericanos.
Lo de Guatemala es peor. No quiero hacer el chiste fácil de ir "De Guatemala a Guatepeor", pero a mí ese general Otto, hum, no me inspira ninguina confianza. ¡Y encima se llama Otto!¡Dios mío, y qué connotaciones lleva este nombre!. Yo les tengo poca simpatía a estos señores, aunque mi padre era uno de ellos. Pero bueno, a mi padre le perdono lo que sea, pues fué un papá buenísimo conmigo.
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