El creciente temor a un atentado contra Antonio Bergoglio incluye al actual pontífice en la lista de papas que se convierten en objetivo de alguna trama asesina
Podrá gustar a no, lo que está claro es que de cobarde no tiene un pelo. No usa papamóvil, se mete entre la gente, y si no le han matado ya, es porque no han querido.
Rex
El papa Francisco saluda a los fieles católicos en la plaza de San Pedro, en El Vaticano.
Ya hace tiempo se comenzó a percibir que Antonio Bergoglio no era del agrado de muchos, no solo por sus palabras más o menos modernas sobre la moral, sino por su intención de barrer la corrupción de las más altas instituciones eclesiásticas, entre ellas la banca vaticana (el Instituto para las Obras de Religión). Hasta tal punto ha irritado a muchos, que ahora se habla de riesgo para su integridad física.
Así lo ha certificado alguien tan cualificado como el fiscal de Reggio Calabria, Nicola Gratteri. La zona en la que trabaja es la cuna de la Ndrangheta, la peligrosa mafia calabresa. Gratteri aseguraba, el jueves en un diario italiano, que el crimen organizado podría encontrarse muy nervioso por los intentos de Bergoglio de limpiar las finanzas vaticanas. Y apuntó que eso pone en riesgo su vida, aunque desconocía si existen planes concretos para matarle.
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