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Pieles NO

martes, 12 de abril de 2011

Animales con conocimientos médicos


En la Universidad en Kioto, en Japón, el doctor Michael Huffman de una historia sobre un jabalí africano que vivía en cautiverio junto a una tribu que sufrió una epidemia de disentería. Unos de los nativos, también enfermo persiguió al animal hasta el bosque donde bajo sorpresa observó como el jabalí se comía una planta que hasta ese momento toda la tribu Tongwe, consideraba venenosa.
Esta fue la clave para la cura de los integrantes de la aldea africana y el punto de partida de la investigación sobre los conocimientos médicos que poseen la mayoría de los animales. El trabajo del doctor Huffman fue publicado en la revista Proceedings of de Nutritions Society.
En 1990 se publicaron las primeras evidencias de que distintas especies de simios se automedicaban para curarse ciertas dolencias. El profesor de antropología de la Universidad de Harvard, Richard Wrangham, publicó ese año un artículo en el semanario New Scientist en el que explicaba como en su observación de algunos chimpancés, descubrió que estos daban diferentes tratos a ciertas plantas. Unas las engullían rápidamente después de masticarlas, mientras en otras plantas probaban el sabor de las hojas sin arrancarlas de árbol, como buscando una adecuada, que cuando finalmente era encontrada las enrollaban y se las tragaban enteras.
Al analizar las plantas, el profesor comprobó que se trataba de hojas con compuestos químicos con propiedades antibióticas unas; y otras que poseían cualidades antivíricas y anticancerígenas. También actuaban contra las bacterias, los hongos y los parásitos. La planta que comieron los primates era la Aspilia.
Este descubrimiento impulsó la investigación de la medicina aplicada por los chimpancés. Al principio los científicos pensaron que solo los chimpancés eran capaces de descubrir propiedades curativas en las plantas, pero pronto las investigaciones demostraron que también los gorilas pueden distinguir ese tipo de plantas y que los orangutanes de Borneo son hábiles en la preparación de cataplasmas curativos, con unas cuantas hojas de una planta de la familia de la Commelina.
En 2003, el citado profesor Huffman, publicaría otro trabajo con el que demostraría la extensión de la comprensión médica en el mundo animal. Este trabajo desveló resultados muy curiosos, como por ejemplo los elefantes de Malasia, que ingieren una planta llamada Entada schefferi como analgésico. En el estudio también se mencionan que los elefantes africanos por su parte consumen otra planta del género de las borragináceas, para provocar el parto. Los cerdos no se quedan atrás y utilizan raíces del granado para curarse afecciones intestinales. Los rinocerontes de Sumatra se cuidan sus vías urinarias comiendo grandes cantidades de cortezas de árboles, ricas en una sustancia llamada tanino, muy efectivas para ese fin.
El caso mas radical se publicó este año en la revista Plos One. El equipo de Michael Singer de la Univeridad de Wesleyan de Middletown en Estados Unidos, sacó a la luz como unas mariposas se autoaplicaban una terapia casi suicida para evitar unos parásitos himenópteros que se las comen siendo orugas desde dentro hacia fuera, causando una muerte dolorosa e inevitable. La mariposa nocturna Grammia incorrupta, es la protagonista del estudio que para intentar salvarse, comen grandes cantidades de una planta que contiene una sustancia llamada pirrolizidina, que mata a los parásitos en el interior de la oruga, pero que conlleva un alto riesgo de muerte también para el paciente si se extrema en las dosis.

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