pieles no
domingo, 24 de abril de 2011
A petición popular
Como algunos de mis seguidores de blog y también de Facebook me han pedido que ponga algunas fotitos hechas por mí de mi terraza, con la que me pongo tontísima, lo reconozco, pues ahí van.
Yo comprendo que no a todo el mundo le gustan las flores y los animales, pero a mí es que me chiflan, y a veces noto que me pongo un poco pesada con estos temas.
A mí me parece normal que haya gente a quienes ver flores no le diga nada, pero lo que se dice odiarlas, hay pocos.Pues yo conocí a un chico, cuando trabajaba en el aeropuerto, que las odiaba.Y es que ya dije en una entrada anterior que yo he conocido a gente con unas manías rarísimas:He conocido a dos -2- personas a quienes la visión de las aceitunas espantaba. A uno (eran los dos hombres) le ponían enfermo la vista de los huesos pelados, y al otro el verlas así, brillantes y verdecitas. Yo creo que para una vida -la mía- comocer a dos aceitunófobos ya es mucho. También otro hombre (parecen como más maniáticos, no sé...)a quien la vista de las pepitas de un tomate sumía en el horror más absoluto.Una señora inglesa que no podía ver un pájaro ni en un sello (no es exagerado, cuando la escribía tenia que tener cuidado de no poner un sello con pájaros, ella me lo había suplicado). Pero el chico de la tirria a las flores me intrigaba. Yo le decía:
-A ver, Toni,comprendo que las flores no te interesen, pero cuando ves el jardín de tu madre (una preciosidad), ¿no te parece un espectáculo bonito, con tanto colorido?
Pues no.
-¡¡Bonitooooo!!!¡¡NOOO!!!. ¡Repugnante, es lo que me parece!. ¡Las chafaría a todas!. ¡Las cortaría a todas!...
Desde luego, es que hay gente pa tó. Yo a estas alturas es que ya no me extraño de nada.
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¿ Por qué las plantas crecen en primavera?
Todavía en invierno, allá por finales de febrero, los vegetales comienzan a activar sus mecanismos de crecimiento. Aparecen las yemas, renacen algunos brotes nuevos, incluso algunas plantas como el almendro producen las primeras flores.
Sin embargo, la primavera es la época en que las plantas desarrollan la auténtica "explosión vegetal". Al llegar a esta época, cuando la temperatura se mantiene por algunos días por encima de los 5 ºC, las plantas que estaban inactivas en invierno, se activan al producirse en ellos unas hormonas llamadas auxinas que estimulan el crecimiento de las células vegetales hacia la luz.
Las ramas crecen en longitud por la activación de los meristemas apicales o tejidos situados en los extremos de las mismas y crecen en diámetro por activación del cambium o meristema secundario, que es el tejido situado entre la parte exterior llamada xilema ( Lo que normalmente se reconoce como madera) y la parte interna llamada floema ( donde se encuentran los vasos conductores )
Las auxinas también son responsables de los cambios que se producen en las hojas, en los frutos o en las raíces. Estas hormonas pueden favorecer el desarrollo de ciertas partes de la planta o inhibir el crecimiento de otras. Así, por ejemplo, Se cree que los frutos se desarrollan a partir del aumento de las auxinas en las semillas.
Se ha comprobado que la adición de auxinas sintéticas ( hormonas de crecimiento) a un esqueje favorece el nacimiento de las raíces. Esto es aprovechado por los agricultores o jardineros para conseguir el enraizamiento de sus esquejes y lograr una mayor facilidad en la propagación de sus plantas. Estos mismos compuestos se utilizan para otras finalidades, como, por ejemplo, para impedir que los frutos produzcan nuevos brotes, como en el caso de las patatas una vez recogidas y guardadas, o como herbicidas para conseguir que no crezcan las hierbas.
La influencia que tienen estas hormonas en los cambios vegetales es tan destacada que se consiguen algunos realmente sorprendentes como el que una planta produzca frutos sin que sus flores hayan sido polinizadas. De esta manera, aplicando hormonas sobre flores que habrían de ser estériles, los horticultores obtienen melones o tomates.
La explosión de vida vegetal en el campo y en nuestra terraza, el renacimiento primaveral que llena de color el campo y los jardines responde, en realidad, a una serie de cambios químicos que se producen en las plantas durante la primavera. Para que estos cambios tengan lugar se necesita unos estimulantes, unos fitoquímicos llamados auxinas que llenan nuestros parques de brotes nuevos, que hacen crecer nuestras flores y que, pasados unos meses producirán los frutos, repletos de semillas necesarias para el nacimiento de nuevas plantas.
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