pieles no
martes, 12 de abril de 2011
La represión franquista en Mallorca
Ahora se vuelve a a hablar de esto. Pero durante mi infancia y juventud, cuando Franco estaba vivo -y hay que ver lo que duró, el maldito- no se podían mencionar estas cosas. En Mallorca, por ser una isla, y pequeña, fué particularmente sórdida y cruel. En un sitio donde todo el mundo se conoce, en los pueblos todos sabían casi todo de los demás, sobre todo cuál era su cariz político. Mi suegro, por ejemplo,tuvo que huir a Francia porque le buscaban para matarlo, en su pueblo de Calvià, municipio ahora turístico por excelencia y al que pertenecen la mayoría de las playas de la isla. Mi suegra me contaba que el cura de Calvià sonsacaba a los niños en el confesonario, para enterarse de lo que se hablaba de política en sus casas. Si el papá resultaba que era rojo, iba la Guardia Civil por la noche "para ir a dar un paseo", y lo fusilaban contra la tapia del cementerio. Y el pobre niño, sin enterarse -mejor, desde luego- de que él, en su inocencia, había delatado a su padre. Esto sucedió muchas veces.
Pero no se podía hablar de esto.
En mi colegio, Las Teresianas, -que ahora se llama Pedro Poveda, del nombre del cura fundador-,las mujeres aquellas nos contaban las barbaridades que los milicianos hacían a los curas y monjas, y yo, lejos de horrorizarme, me parecía que aún era poco, y me caían extraordinariamente simpáticos. Como yo recibí, en el colegio y en la familia, una educación católica y fascista,cuando me casé y por fin pude hacer lo que me venía en gana (también tiene guasa tener que casarse para eso...)pues ni corta ni perezosa me afilié al Partido Comunista, que aún no se había vestido de lagarterana, como dice Carrillo. ¡Ay, y qué alivio!.¡Por fin estaba entre gente que pensaba como yo!. Aún es la hora que no entiendo como no me comieron el coco entre mi family y las brujas piadosas aquellas, hijas de Satanás. Pero salí indemne. Bueno, tan indemne no. Porque me convirtieron en lo contrario de lo que pretendían. Otras compañeras mías se empaparon de aquellas enseñanzas y hoy son unas beatas reprimidas y fracasadas. Tal vez el pasar por aquella hoguera de estupideces beateriles me templó para nunca caer en aquello en lo que me querían convertir.
¡Gracias a Dios, no soy católica!. Dios es grande, como dice el Islam, al que me convertí después, con gran escándalo de amigas (?)beatas forjadas por la Iglesia Católica (que el diablo se lleve).
Amén.
Viva Marx y la revolución que no pudo ser ni será.
Ay.
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