pieles no
lunes, 16 de mayo de 2011
La persistencia de la memoria digital
El andar erguido, el uso de herramientas, la capacidad de comunicación y de representar conceptos abstractos mediante el lenguaje son características que nos definen como especie. Pero esto no nos hace superiores ni especiales, son meras herramientas para la supervivencia (como las alas de las aves o las jerarquías de las hormigas).
Aunque el hombre es bastante adaptable, el desarrollo de la ganadería y la agricultura le permitió invertir sus energías en adaptar el entorno a sus necesidades. Pero la invención humana que nos ocupa hoy es una más reciente, una que nos ha permitido conocer culturas extintas, sus inquietudes y los conocimientos de personas que murieron hace miles de años. Me refiero, como no, a la Escritura.
En el reino animal, la comunicación (o intercambio de información) tiene una gran importancia, tanto si se trata de atraer la atención de una potencial pareja (cantos de aves o exhibiciones de físico) como si se quiere avisar a un enemigo de que es mejor que no te coma (los vivos colores de algunos animales venenosos o las púas de un erizo). En algunos animales (como los calamares que cambian de color, o las ballenas con sus canciones) la comunicación ha evolucionado hasta hacerse mas compleja. Tanto es así en el caso del Homo Sapiens, que dimos dos pasos mas: Inventamos un lenguaje (y lo hemos perfeccionado durante los últimos 35.000 años) que expresa prácticamente todo y aprendimos a plasmarlo de muchas maneras, unas mas eficaces que otras.
Al comienzo se usaron simples marcas para llevar la cuenta del ganado o de otros bienes, pero con el tiempo también se crearon símbolos (escritura cuneiforme, runas y jeroglíficos) para representar cosas y personas concretas, y mas tarde con la llegada de los alfabetos, incluso para transmitir conceptos abstractos.
Con la evolución de la tecnología se han renovado nuestras posibilidades de almacenar información, y lo que una vez necesitó ser tallado en piedra (con el consiguiente esfuerzo del pobre picapedrero) hoy se puede guardar en una diminuta capa magnética de óxido de hierro y sólo pulsando una tecla.
¿Qué ventajas y que inconvenientes tiene nuestra actual forma de almacenar?… Por una parte, que cada vez se puede almacenar mayor cantidad en menos espacio físico (palabras, fotos, música, vídeos), cientos e incluso miles de ellas en un pequeño dispositivo como el Pendrive (menor que un pintalabios), y por otra la portabilidad (imaginaos llevar la Enciclopedia Británica o 10 álbumes de fotos bajo el brazo a casa de un amigo).
Pero nuestros actuales soportes de información son tan maravillosos como efímeros. Un álbum de fotos puede pasar varias generaciones en una familia (con el consiguiente deterioro) pero la vida media de un DVD corriente es, siendo optimistas, de unos 15 años. Un libro bien conservado puede durar cientos de años mientras que un Disco Duro corriente posiblemente no llegue a los 13 años.
¿Es tan ventajosa la era digital, al menos en la perspectiva del tiempo? Sin una constante y obligada actualización de toda la información digital, y con las viejas técnicas cayendo en desuso, quizá nuestros descendientes lleguen a conocer mejor su pasado lejano (conservado en piedra y papel) que el que nos implica a nosotros. La herencia histórica (de una persona, de un pueblo o de una raza completa) es importante, porque nos permite no volver a cometer los errores del pasado.
Ojalá que no se cumpla la mítica frase de Blade Runner: “Algún día, todos nuestros recuerdos se perderán, como lágrimas en la lluvia”.
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