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Pieles NO

domingo, 27 de junio de 2010

Dichos: Ni chicha ni limoná





Etimología

Según la Real Academia Española y otros autores, la palabra "chicha" proviene de una voz aborigen del Panamá (chichab) que significa "maíz". Por otra parte, el aztequista Luis Cabrera comenta que desciende del náhuatl chichiatl, "agua fermentada", compuesto con el verbo chicha (agriar una bebida) y el sufijo -atl'(agua)
Originalmente, se obtenía al masticar y escupir los granos de maíz de la mazorca recién cosechada en un recipiente de greda cocida; las enzimas presentes en la saliva transformaban el almidón del maíz en azúcar que luego se fermentaba por acción de las bacterias. Una vez lleno el recipiente, éste se cerraba herméticamente y era puesto a reposar a la sombra por algunas semanas. Una vez fermentada la chicha se colaba y envasaba para su posterior consumo.
El proceso de producción original aún se sigue practicando y en Chile, la chicha obtenida de este modo suele ser llamada taqui.

La expresión de no ser una cosa ni chicha ni limonada significa, según el Diccionario, no valer para nada. También se usa en el sentido de "ni una cosa ni otra". Algo ambiguo, vaya.
De esta bebida, muy usual en los países de Centro y Sudamérica, proviene el dicho que comentamos. En muchos países andinos hay "chicherías"y también en Chile, y en Carnaval hay gente que se emborracha con ella. En el libro "Baraja de Chile", de 1946,se habla de la chicha, que ya era conocida antes de la conquista de América, y que se preparaba poniendo a fermentar en agua cebada, maíz tostado, piña y panocha, añadiendo especias y azúcar. Su sabor era como de una sidra de mala calidad.
Yo cuando estuve en el Perú me topé con la chicha, y el encuentro fué horrible. Espero que si algún peruano me lee no se ofenda, pero las cosas como son. Yo iba de excursión por las imponentes montañas de los Andes -que son las más imponentes por la que he triscado en mi vida, ésos son montes, los Alpes a su lado una mariconada- pues iba de trip con unos cuantos sudamericanos de diferentes países de sudamérica, y yo era la unica española.Visitamos un poblado de indios quechua,que son encantadores, y tienen unos niños que están para comérselos, y eso que a mí los niños no me hacen demasiada gracia. Pero aquellos inditos eran graciosos a tope. Pero ¡AY!, allí la bienvenida te la dan ofreciéndote chicha, y si la rechazas pueden ofenderse. Nos viene una niña monísima y con más mugre encima que el rabo de una vaca, con un vaso de chicha en la mano, y nos lo ofrece. El vaso yo creo que no se había lavado nunca, pues era de cristal pero no se trasparentaba nada, ni la chicha que había dentro. Mis compañeros pusieron cara de espanto y se echaron hacia atrás.
Hay que decir que la chicha cuando se bebe, el primer sorbo hay que escupirlo al suelo, rindiendo homenaje a la Pacha Mama, la Madre Tierra.
Pues allí no se movía nadie, y la niña, con su mejor sonrisa, venga a ofrecernos el bebedizo aquel. Entonces el guía cogió el vaso tremendo y bebió un sorbo, que seguidamente escupió. Luego, yo, al ver que nadie tenía intención de seguir, me dió pena y cogí a mi vez el vaso, bebiendo un sorbo de chicha con el correspondiente escupitajo ritual. ¡Madre mía, y qué porquería!. Me refiero ahora al sabor de la pócima, que es un verdadero asco. Desde luego, entonces comprendí el dicho, pues aquello sabía a rayos y también a limonada ,pero horrible. Menos mal que entre el guía y yo con nuestra heroicidad hicimos quedar bien al grupo, y la nena se marchó con su vasito tan contenta.
Foto: Indios aimará.

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