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Pieles NO

martes, 2 de agosto de 2011

El Ramadán





Ayer empezó el mes del Ramadán, en el que los musulmanes tienen prohibido comer, beber y mantener relaciones sexuales desde el alba hasta el anochecer.Como dice el Corán, "cuando en campo abierto no se distingan un hilo blanco de un hilo negro". Se estima que más de un millón y medio de fieles viven en España -en la Comunidad de Madrid hay unos 150.000, según el centro islámico de la región-, y muchos de ellos practicarán el ayuno en estas fechas. Al ser su calendario lunar, esta celebración cambia de fecha cada año, adelantándose unos días: si en 2010 comenzó el 12 de agosto, ahora lo hace al inicio de este mes tan caluroso. ¿Cómo cambian las costumbres de quienes no pueden ni beber agua mientras los termómetros marcan 40 grados?
"Algunas veces, pueden darse problemas en el trabajo", afirma Sofiyan Imbrani, marroquí de 31 años que trabaja como vendedor ambulante. "Mi jefe, español, es muy comprensivo, y durante el Ramadán incluso me dice que no trabaje demasiado", dice, "pero a un compañero, albañil, su patrón no le dejaba salir a la hora de la puesta de sol ni haciendo horas extras, por lo que tuvo que dejar el trabajo y buscar otro". Lo tiene más sencillo quien regenta su propio negocio, como Bin Abdillah, de 44 años y también procedente del país vecino: "cuando llega la noche, cierro mi carnicería y puedo irme a romper el ayuno tranquilamente". Este comerciante explica que en los tres últimos días de este mes "se compra más carne", aunque asegura que no puede subir los precios "por la crisis". Abdel Rahim (45 años) admite, por su parte, que durante estas fechas abre su negocio "una o dos horas más tarde" y cierra al anochecer. "Suben las ventas de algunos productos, como fruta y alimentos para elaborar productos típicos", señala el magrebí.
¿Y es más duro en verano? "Seguir el Ramadán en agosto es más difícil, porque hay muchas más horas de sol que en invierno, y tienes que estar todo ese tiempo sin comer ni beber", cuenta otro marroquí Achraf el Hadri, de 27 años y estudiante de Química en la Universidad Complutense. "Sin embargo", continúa, "estamos acostumbrados a hacerlo desde pequeños, desde los 12 o 13 años, por lo que al final se hace llevadero". Lo mismo opina su compatriota Abdel Rahim, de 25 años, que trabaja en un hotel: "por supuesto que se hace más duro, por el calor, pero es un mes muy importante, porque fue el tiempo en el que el Corán descendió hasta el Profeta, por lo que aprovechamos para limpiar nuestros pecados y ayudar a la gente".
Coincide Laure Rodríguez Quiroga, española de 36 años y presidenta de la Unión de Mujeres Musulmanas de España. "Ayunar durante este mes es durísimo", admite, "es uno de los meses más cálidos de todo el año y el calor te da más sensación de sed". En cualquier caso, están exentos de practicar el ayuno los enfermos graves, los niños, las mujeres embarazadas o durante la menstruación, y en general quienes no puedan aguantarlo. Además, hay licencia para los viajeros y quienes realicen un esfuerzo físico intenso, y se puede recuperar con otros días de ayuno durante el resto del año.
Mahbud Rahman, bangladesí de 48 años y propietario de un comercio de alimentación en el madrileño barrio de Lavapiés, comenta que el horario de su tienda no cambia pese al Ramadán. "Lo que sí que se nota es que suben un poco las ventas y que la gente va más a la mezquita", como la situada a unos cien metros de su establecimiento. Lo confirma Riay Tatary, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España e imam de la Mezquita Central de Madrid, en el barrio de Tetuán. "En estas fechas siempre viene más gente, muchos a rezar y leer el Corán y, quienes no tienen familia, se acercan para romper el ayuno", señala este sirio de 63 años. Dentro de un mes, la fiesta de 'Aid al Fitr' terminará con este periodo y con la abstinencia durante las horas de sol. Y ya habrá que pensar en cómo será el Ramadán en pleno julio.
Yo, sintiéndolo mucho, no puedo hacer el Ramadán, porque tengo que tomar unas pastillas a mediodía, y el agua rompe el ayuno. El ayuno musulmán es de verdad, no como el que hacían (me parece que ya nadie lo sigue) los católicos en Cuaresma. En el catolicismo se puede beber agua, y de este modo es mucho más fácil. Pero tengo compañeras para quienes ayunar no representa un sacrificio, sino algo estupendo, no porque sean masocas, sino que les agrada poder hacer algo bueno y se sienten "como en una nube".
Y en Ramadán no solo se debe uno durante el día privar de comer, beber y el sexo, sino que también se debe tener cuidado con lo que se dice. Hay que ayunar de criticar al prójimo (aunque esto es todo el año, pues la crítica, el cotilleo y la murmuración son pecados graves para un musulman, y no digamos ya la mentira...), procurar aguantar con paciencia a nuestros projimos mas pesados y procurar hacer buenas obras, sin hacer alarde de ello.
Qué diferente de lo que me enseñaron en las Teresianas cuando niña... Entonces solo nos hablaban de la pureza y del 6º mandamiento, y a los otros no les hacían mucho caso. Nunca recuerdo que nos dijeran que estaba feo reirse de los demás, o murmurar. Pero que teníamos que ser castas y puras, es que era una verdadera obsesión. En el matrimonio musulmán se puede hacer lo que se quiera. Dice el Corán: "Las mujeres son vuestra labranza, id a vuestra labranza como queráis", y no se mete en detalles morbosos de curas insatisfechos que intentan fastidiar a sus ovejas.Como ellos están frustrados, quieren que todo el mundo lo esté también. Eso, si no hacen cosas peores... Pienso que el celibato del clero es una aberración que se inventaron hacia el s. III D.C. Jesús nunca dijo que sus ministros tuvieran que ser solteros. Sus apostoles, la mayoría estaban casados, y tal vez Jesús también. Pero esto no tiene la menor importancia.
La verdad es que el Ramadán lo sigue todo el mundo, aunque también hay listillos que cogen las vacaciones en su trabajo, si lo tienen, para estar durmiendo todo el día, y comer y hacer vida nocturna. Esto no es hacer un buen Ramadán. No tiene ningún mérito. Bueno, que cada palo aguante su vela. Allá ellos.

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