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Pieles NO

domingo, 18 de noviembre de 2012

El misterioso crimen de Alcàsser


Por: Pilar López Bernués
Colaboradora de Enigma 900 en Barcelona, España

MISTERIOS INEXPLICABLES
Han pasado quince años desde aquel terrible 13 de noviembre de 1992 en el que tres jóvenes quinceañeras desaparecieron del pueblo valenciano de Alcàsser mientras se dirigían a una discoteca en la vecina población de Picassent.
La última persona que las vio con vida, además de sus asesinos, fue una vecina de la localidad que, asomada a la ventana de su casa, advirtió que las niñas subían a un coche por propia voluntad, sin violencia.
La búsqueda duró hasta el 27 de enero de 1993, momento en que unos apicultores encontraron semienterrados los cadáveres de las tres muchachas, en avanzado estado de descomposición y terriblemente mutilados, todo ello en las cercanías del pantano de Tous.

Hasta ahí, los hechos, pero las preguntas todavía no se han resuelto quince años después. ¿Subieron las niñas al vehículo de un conocido o de alguien que no les inspiraba desconfianza? Aquel trayecto, entre ambos pueblos, era una ruta común entre los jóvenes quinceañeros que acudían a la discoteca; nadie vio nada, nada perturbó la tranquilidad de Alcàsser y todo transcurrió sin llamar la atención. Miriam, Toñy y Desireé no habrían subido al coche de un desconocido, según sus familiares, y mucho menos si lo conducía el único inculpado: Miguel Ricart, conocido de una de ellas pero delincuente común.

¿Por qué la labor policial estuvo plagada de errores, de principio a fin? ¿Por qué las segundas autopsias, hechas por el prestigioso forense Dr. Frontela a petición de las familias, se hicieron sin la totalidad de los cuerpos? ¿Por qué cuando Fernando García, en compañía del abogado apellidado Blanco, intentó demostrar en un programa de televisión que los inculpados en las muertes no eran los detenidos y que había mucho por investigar fueron apartados del programa?
Las heridas que presentaban los cuerpos de las tres niñas eran escalofriantes, sufrieron torturas que van más allá de la imaginación de un violador común o delincuente común. Uno de los cuerpos, en concreto, llevaba incrustada entre las vértebras una cruz de caravaca y se le había arrancado un pezón.
La chapuza policial, perdiendo pruebas, siguió de manifiesto cuando se intentó detener en su propia casa a Antonio Anglés, un delincuente peligroso que apalizaba a su madre y había secuestrado a su novia, pero ese hombre, que estaba supuestamente en "busca y captura" se hallaba en su propia casa tan limpiamente y, limpiamente, se fugó ante las narices de la guardia civil, saltando por una ventana.... Anglés desapareció (yo diría que convenientemente) y hasta hoy no se sabe de él ¿Está en Brasil? ¿Embarcó en un buque con destino a Reino Unido y se cayó (o lo tiraron) por la borda? ¡Nada se sabe!
En cuánto al único detenido por los hechos, el amigo y compinche de Anglés, llamado Miguel Ricart, existen contradicciones entre lo que declaró y, por supuesto, un hombre solo, quizá ni siquiera dos, pudieron cometer semejante carnicería.
Hay una opinión extendida que yo, personalmente, no descartaría. Se cree que Anglés y Ricart fueron cabezas de turco y que al segundo se le "enjabonó" para taparle la boca. De hecho, se le concedió el segundo grado penitenciario cuando todos los informes lo desaconsejaban ¿Por qué? Sólo resta esperar que si él es una tapadera hable de una vez y si no lo es que cumpla íntegramente su condena. ¿Y por qué mucha gente piensa que Ricart es una tapadera y que él y Anglés recibieron dinero? Porque el estado de los cuerpos y las vejaciones que sufrieron las tres niñas apuntan más a snuff-movies o rituales satánicos que a delincuentes comunes, porque la pérdida de pruebas, las zancadillas para practicar segundas autopsias y la labor chapucera en extremo despiertan la imaginación y la ponen alerta: ¿Personas de alto nivel social o amparadas en alguna institución de prestigio fueron los asesinos? ¿Por qué Anglés desapareció del mapa y quedó un único culpable con no muchas "luces"? ¿Dónde están el resto de criminales?
Lamentablemente, este es uno de esos casos que siguen abiertos en la mente popular, que no sólo se cobró tres vidas inocentes sino que destruyó a tres familias y sembró el terror en toda España y en la zona de Levante de manera particular.

Fernando García, padre de Miriam en el lugar donde asesinaron a su hija.
No saber deja heridas abiertas y motivos para especular, y este caso, sin duda alguna, sigue en la mente de muchas personas por la gran indefensión que trasciende ante actuaciones confusas, chapuceras y poco claras. ¿Hay algo que encubrir y por ese motivo todo se desarrolló así? ¿En qué pensaba la reportera que casi se jugó su futuro profesional, y que fue muy criticada, montando un morboso espectáculo ante los tres cadáveres? Hay muchas preguntas y muy pocas respuestas.
Una vez más, este artículo está escrito desde el más profundo respeto por las víctimas y muy especialmente por sus familiares. En mi opinión, sin embargo, mantenerlo vivo es no permitir que las miles de preguntas sin respuesta, de las que sólo he hecho una brevísima sinopsis, se queden ahí ocultando, quizá, a los auténticos culpables.

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