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Pieles NO

sábado, 3 de noviembre de 2012

La reforma protestante y otras cosas diver

A principios del s. XVI, cuando gran parte de Europa estaba descontenta con la Iglesia Católica Romana, Martín Lutero instigó la reforma protestante.
Martin Lutero, profesor y sacerdote en Alemania, había estudiado en profundidad los textos religiosos . Su primer desacuerdo con la iglesia católica tenía que ver con la utilización de las indulgencias. Las indulgencias eran una tradición católica para el perdón de los pecados. En aquel tiempo, las indulgencias estaban a la venta. A cambio de dinero se reducía la condena al purgatorio del donante. Lutero se oponía a la idea de comprar la salvación, argumentando que significaba un grave quebranto de la fe.
 Vaticano. Plaza de San Pedro
 Vaticano.
Martín Lutero


En 1517, Lutero colgó sus 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenburg, donde retaba a la iglesia católica y ponía en duda la legitimidad del Papa, así como la utilización de las indulgencias. Lutero pensaba que la Iglesia había olvidado sus dictrinas originales , especialmente las procedentes directamente de la Biblia, y había creado una cuña innecesaria entre el clero y los feligreses.
Al hacer públicas sus 95 tesis, Lutero encendió la chispa  de un importante debate que se propagó a gran velocidad por el resto de Alemania, Suiza, Austria, Inglaterra y Escocia. A medida que el debate iba extendiéndose por el mundo , los escritos de Juan Calvino , entre otros, aumentaron aún más el número de disidentes entre la población europea.
Este Calvino era tremendo; parecía español e inquisidor: Hizo quemar vivo en Ginebra a Miguel Servet,médico catalán que descubrió la circulación de la sangre, cosa que al señor Calvino le debió parecer así como muy diabólico...
Ana Bolena

También, además del asunto de las indulgencias, que era asqueroso, una cosa que escandalizó a Lutero es que fué de visita a Roma y vio cómo vivían el Papa y los cardenales de la Curia Romana. Todos tenían queridas e hijos bastardos, organizaban tremendas orgías en el Vaticano con prostitutas... Uno de los peores papas en este sentido fué Alejandro VI Borgia, español de Gandía
y padre de Lucrecia Borgia (que el apellido en realidad era Borja, típìcamente español, pero lo italianizaron), César, Juan (duque de Gandía)y Jofre. No recuerdo si había alguno más, pero no tengo ganas de buscarlo. Pues Alejandro VI organizaba unas bacanales en el Vaticano que eran cosa fina: Contrataba a las prostitutas más bellas y caras de Roma, y uno de sus numeritos era hacerlas desnudar y tirar por el suelo perlas y piedras preciosas. Las putas, a gatas, recogían las joyas, mientra el Papa y los cardenales se lo pasaban pipa con el espectáculo. Lutero consideraba que todo esto era poco serio.
A medida que las creencias de los distintos reformadores fueron coincidiendo con el paso del tiempo, la religión protestante adquirió forma. En el corazón de esta fe reformista estaba la idea de que la única autoridad religiosa era la propia Biblia y no el Papa. Esto supuso una revolución para la estructura de la iglesia y hacía hincapié en que los individuos podían relacionarse con Dios más directamente, sin tener a los sacerdotes como intermediarios. (Como hacen los musulmanes)
Con el tiempo los protestantes se fragmentaron en muchas sectas, tales como los luteranos, los calvinistas y los anabaptistas, y los católicos lanzaron una Contrarreforma y adoptaron una línea aún más conservadora.
 
Escudo de la familia Borgia

 Retrato de Calvino


Cuando tenía 22 años Martín Lutero volvía de la escuela en un día de tormenta. Cuando un rayo cayó a su lado, exclamó: "¡Ayuda, Santa Ana!¡Me haré monje!". Sobrevivió y mantuvo su promesa  dejando sus estudios de derecho para entrar en un monasterio.
La reforma protestante encontró un gran apoyo en el rey inglés Enrique VIII que separó a su país de la iglesia católica en 1529. El rey se autoproclamó jefe de la iglesia inglesa, y puso así divorciarse de su esposa, la reina Catalina, algo que el Papa no hubiese permitido. Pero es que él estaba enruchado con Ana Bolena.
Aunque no hay ninguna prueba de la existencia del original de las 95 tesis, muchos expertos creen que la idea de colgar el documento en la puerta de la iglesia no estaba mal encaminada. En aquel tiempo, las puertas de las iglesias y de la Universidad se utilizaban para poner avisos del mismo modo en que se utilizan los tablones de anuncios en la actualidad.
Respecto al hecho de que la iglesia católica siempre ha sido muy pesetera, yo recuerdo cuando niña (antes del Concilio Vaticano II)(ahora no sé lo que hacen) que mi abuela cada año compraba en la parroquia la llamada "Bula de la Santa Cruzada", y compraba una para cada uno de nosotros. De este modo, como la doctrina católica decía que cada viernes del año era vigilia, o sea, que no se podía comer carne (gambas, cigalas, lubina, etc. sí)pues con la posesión de la Bula, cada uno de nosotros sí podía comer carne todos los viernes, menos los de Cuaresma.
 Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos
 César Borgia, el hermanísimo. Si divisa era: "Aut Caesar aut nihil" (O césar -yo- o nada.)
Enrique VIII

También recuerdo que una de las hermanas monjas de mi abuela (eran cinco hermanas y cuatro se metieron monjas, menos mi abuela, que era la más mona) fué a Roma en tiempos de Pío XII, y nos trajo una bendición papal especial para nosotros cuatro, mis padres, mi abuela y yo, que no recuerdo qué efectos saludables tenía, pero la cosa iba también de indulgencias para cuando nos muriésemos, que teníamos así enchufe para que nuestra estancia en el Purgatorio fuese más corta y suave.
Una cosa graciosa, aunque no tiene mucho que ver con la Reforma protestante, pero que es aclaratoria de lo bandidos que eran los Papas del Renacimiento, fué la elección de Juan XXII. Estaban todos los cardenales reunidos en cónclave a ver a quien elegían papa y no había manera de que saliera fumata blanca. .Entonces  el futuro Juan XXII (cuyo nombre real  no recuerdo) fingió caer enfermo, dando grandes gemidos y haciendo todo tipo de aspavientos. Como llevaban ya muchas semanas y no había forma de ponerse de acuerdo, y todos estaban hasta la coronilla,  cuando vieron que el cardenal "enfermo" probablemente se iba a morir, pensaron que eligiéndole a él podrian salir del encierro, y elegir a otro. Pero  cuando Juan XXII salió elegido, "milagrosamente" se curó y salió andando, y fué Papa, ante el cabreo generalizado de los cardenales, que se creían muy listos, pero su nuevo papa lo había sido más aún.
Hélas, hélas, hélas, como dicen los franchutes. Cosas veredes...

Lucrecia Borgia

Vanozza Cattanei, una de las amantes del papa Alejandro VI y madre de Juan, César, Lucrecia y Jofre.
La Bula de la Santa Cruzada, que comprábamos todos los años para poder comer carne los viernes que no fueran los de Cuaresma.

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