Un ordenador conectado a Internet es una fabulosa herramienta de apertura al mundo, pero es también una exposición sin precedentes de los datos personales.Sin volverse paranoicos,los peligros no son desdeñables.Espías, troyanos, publicidad spam, pirateo... Hace años yo tenía un troyano que no es que me molestase mucho, pero parece que era un experto porque sabía cuando yo me conectaba y entonces él hacía lo mismo, y cuando cerraba para irme, me salía un aviso en pantalla que me decía: "No apague ahora, que el otro usuario no ha terminado". ¿Habráse visto mayor caradura?.Los fisgones miran los sitios que visitan los usuarios y conocen sus preferencias, para luego mandarles publicidad según vean.
Hay que tener presente que un fichero enviado a la papelera, de hecho aún está activo.No queda automáticamente cerrado. Resta aprovechable incluso a distancia para el experto. Vacíela a menudo. Pero incluso después de haber pinchado en "vaciar papelera", quedan restos en el disco duro y todo puede ser fácilmente recuperable por el que sabe de estas cosas. Para eliminar sin retorno, emplear una herramiento segura, como "eraser".
Delante de la pantalla de su PC, uno se cree en seguridad para hacer compras, o enviar un currículum a una empresa. Pero el administrador del sitio o la empresa guarda todos los rastros de los sitios del que envía el mensaje. Es mejor, en este caso, irse a un cibercafé.
Y más cosas, que ignoro por ser un poco lerda en estas cuestiones de piratas en la web.También leí en la revista Paris-Match, que es bastante sería, que en Francia a una señora, por haber puesto en Facebook su nombre, fecha de nacimiento y localidad, suplantaron su personalidad, y cuando quiso casarse, en el Registro figuraba que ya lo había hecho hacía 6 años. A mí me parece que en España esto no es tan fácil, pero en Francia por lo visto pasan estas cosas. Más vale quedarse corto que pasarse, como cuando se juega a las siete y media.
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