Las personas que sufren de tartamudez, con frecuencia, tienen dificultad para comunicarse e incluso, en los casos más extremos, para integrarse en sociedad. Sin embargo, algunos tartamudos han pasado a la posteridad a pesar de su trastorno de dicción.
El tartamudo más famoso quizás sea Jorge VI, en cuya vida se inspira la exitosa película “El discurso del rey“. Este monarca fue un joven tímido y acomplejado cuya tartamudez se debía a traumas infantiles que no supo superar. Como no estaba previsto que heredase la corona (le pertenecía a su hermano mayor), esto no supuso ningún problema para la casa real.
Sin embargo, su hermano abdicó para casarse con una norteamericana divorciada. Y así fue como aquel chiquillo introvertido y huidizo se convirtió en rey de Inglaterra. No era capaz de pronunciar el fonema /k/ y evitaba los discursos. Tras diez meses con el logopeda Lionel Logue, venció su problema.
Charles Darwin también era tartamudo, al igual que lo había sido su abuelo. A pesar de tener verdaderas dificultades en la pronunciación de algunos vocablos, se le recuerda como un interlocutor ameno con la voz pausada y un tono bajo.
Según los historiadores, otro problema del habla también fue sufrido por Miguel de Cervantes. Así, el autor de “El Quijote” mostraría problemas de dicción desde su más tierna infancia. En el prólogo de Novelas Ejemplares manifiesta: “…que será forzoso valerme por mi pico que, aunque tartamudo, no lo será para decir verdades”.
A pesar de ser un gran orador, Demóstenes sufrió en sus propias carnes las burlas de todo un auditorio tras su primera intervención pública. Pero la mofa no pudo con el griego, quien estuvo varios años entrenando hasta dejar atrás su problema.
Uno de los hombres más influyentes del siglo XX, Winston Churchill, también era tartamudo. Pero supo usar este “defecto” en beneficio propio y lo convirtió en una nota humorística, en un toque de complejidad que caracterizaba sus discursos.
Víctima del escarnio fue también el emperador Claudio, de quien se burlaban desde pequeño. Otros tartamudos famosos fueron el actor James Stewart o James Earl Jones (actor que ponía la voz al mítico Darth Vader).
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