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Pieles NO

martes, 4 de diciembre de 2012

Consideraciones sobre la depre

Cada vez hay mas depresivos en los países occidentales. Antes, cuando la gente andaba ocupada en buscarse la subsistencia buscando raíces, como los siervos de la gleba, cazando o aguantando a su señor feudal, se vivía menos, pero parece que los siervos de la gleba o los cavernícolas o los que fuesen enfermaban poco de eso que en la Edad Media o en los tiempos de Carlos V  se llamaba "enfermar de melancolía". Hubo reyes de España, sobre todo entre los Austria, que estaban fatal de eso, y en la Biblia tenemos a un depresivo ilustre: El rey Saúl, que nada conseguía hacerle salir de su marasmo, ni bailarinas coquetonas ni músicos que le tocapan el arpa. Acabó mal, consultando pitonisas y siendo vencido por sus enemigos. (No me lo invento, esto está en la Biblia, Libro de los Reyes).
Ahora, que se vive mejor (esto lo escribí antes de la crisis)caen como moscas en la maldita depre. ¿Por qué?. Antes los desgraciados (como ahora los tercermundistas, que parece que con todas sus desgracias , que no son pocas, no les pasa esto).ante tanta desgracia.aguantaban major. ¿Alguien sabe que haya suicidios en masa en Bangla Desh, en Etiopia, en el Pakistán?. Bueno, pues si los que lo pasan fatal no se suicidan , a lo mejor es porque ya tienen su dosis de sufrimiento, y los que estamos mejor, como que estamos en el purgatorio (según la doctrina del karma -en la que no creo- esta vida sirve para purgar pecados de otras vidas pasadas)y como tenemos que purgar un montón de atrocidades de las que no nos acordamos nos autocastigamos sin darnos cuenta cogiendo unas depresiones de caballo. Esto es lo que pensaba cuando creía en la reencarnación, pero ahora pienso que los que lo pasan tan mal es quizás para ya tener las cuentas saldadas de las maldades cometidas en esta vida, y así podemos estar a gustín en la otra. Pero...¡qué sabe nadie!, como dicen los andaluces.
Esto coincide con lo que decía mi abuela, que esta vida es un destierro y un valle de lágrimas.
Tengo una amiga (ya no lo es) que se desesperaba y decía que no había derecho que gente malvada viviera estupendamente y todo le saliera de rositas, y no me hacía caso cuando yo le decía que esta vida era lo único que tenían para ser felices, que luego les esperaba una oscura noche (espero que no eterna) paga pagar sus fechorías.
Todo esto me lo ha sugerido un artículo escrito por un chico enfermo de SIDA, y que está hecho polvo porque tiene que tomar un montón de pastillas al día. Otros compañeros de enfermedad le han contestado amonestándole amable pero duramente. Le dicen: ¿Qué es mejor, tomarse un montón de pastillas al día o morirse ?
  ...Pues no sé, todo es relativo. A mí me parece que lo primero , pero todos los depresivos graves quieren morirse. Es una enfermedad insoportable.
Yo tuve una época fatal en la que estaba todo el día pensando cual era la mejor manera de dejar este mundo. Descarté desde el principio el hacerme un coctel con todos los trankis, antidepres y somníferos que tenía en la mesilla de noche, porque me daba terror que me pillaran a tiempo y hacer el ridículo más espantoso. Además, creo que después se siente uno mucho peor. La solución ideal era para mí tirarme desde la terraza al asfalto, y me pasaba ratos mirando para abajo e imaginando mis sesos sanguinolentos esparcidos por el suelo. No logré tirarme nunca por un exceso de imaginación, pero  mi desesperación y angustia eran reales, bien reales, vive  Dios. Además, tenía la certidumbre de que si me tiraba, en el vuelo hasta abajo (vivo en un ático) tendría tienmpo de arrepentirme, cosa que no me hacía ninguna gracia. También consideraba la posibilidad de que en aquel momento pasara un coche, con lo cual a lo peor no me moría, sino que me quedaba parapléjica. Depresiva y parapléjica no, era demasiado.
La verdad es que tenía un miedo que me cagaba (con perdón)pues eso de que los suicidas son unos cobardes es mentira. Para suicidarse como es debido hay que tener muchísimo valor, o carecer en absoluto de imaginación. Pero ahora estoy contenta de no haber conseguido mis propósitos , pues al cabo de unos diez años (fué muy largo aquello)ví por fin el final del túnel y ahora estoy bien. Eso no quita que de vez en cuando, sobre todo por la mañana al levantarme, esté algo depre, pero se me va pasando a medida que hago cosas y no es nada comparado con la virulencia de antaño. Me he quedado un poco neurótica, pero cuando me pasa yo lo suelo atribuir a tres causas:

1) Que ya nací un poco ida..
2) Que hay luna llena.
3) Que vivo mejor que el Papa.

No sé, no me veo capaz de juzgar a nadie , ni a mí ni al chico de las pastillas. Todo es relativo. Están los piedras, que viven tan felices en la cárcel después de haberse cargado a la mujer, los hijos y la suegra, y otros que se suicidan porque ha perdido du equipo favorito.
Lo que nunca, pero nunca, hagáis, es burlaros del sufrimiento de un depresivo. Es lo más espantoso del mundo. Yo he tenido dolores de muelas, que dicen son tremendos, y me han operado y cuando se me ha ido el efecto de la anestesia he tenido un dolor físico fortísimo, pero nada de esto es comparable con el "dolor del alma". Yo cuando estaba tan mal, deseaba que me apareciese un cáncer de esos que en un par de meses se te llevan, rapidito, porque no veía la luz al final del túnel. Me costó años verla, pero me alegro mucho de no haber hecho ninguna barbaridad. Ahora ya no tengo ganas de morirme. Todo lo contrario.

A veces me acuerdo de una copla, que expresa en toda su profundidad la sabiduría popular del antiguo y achuchado pueblo andaluz:

"Cada vez que considero
que me tengo que morir,
echo la manta en el suelo
y me harto de dormir"

Funciona.






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