El otro día, en el centro de Palma, una pobre señora entrada en años fué a sacar dinero del cajero. A los pocos minutos, un ladrón se le acercó y le quitó el bolso.
La señora va y dice, consternada:
-¡Ay, qué mala suerte!¡Nunca me había pasado esto! ¡Y precisamente hoy, que acabo de sacar dinero...!
Y el caco le dice, antes de salir corriendo:
-Señora, la casualidad no existe. Yo sé cuándo cobra usted...
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Ladrón filósofo... esperemos que la señora aprovechase la lección...
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