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Pieles NO

viernes, 11 de junio de 2010

El milagro de la Telefónica


Ya sé que casi todos los que lean esto no se lo van a creer, pero como me importa trois merdes lo que piense la gente (excepto los que piensan como yo), lo voy a contar, pues es verdad verdadera, y no fruto de mi calenturienta imaginación.
Hete aquí que estaba yo una tarde sola en casa. Mi padre había muerto pocos días antes y ya lo habíamos enterrado. Entonces, como el mundo extraterrenal y yo nos comunicamos con relativa facilidad, se me ocurrió decir en voz alta:
-¡¡Papá, papaaa!!... Si me puedes escuchar y estás en un lugar agradable, más que en este mundo de asco, por favor,como prueba, ¡que alguien me regale algo de color amarillo!!
Se me ocurrió, así, de pronto.No perdía nada si nada sucedía. Y yo esperaba que nada ocurriera. La gente no va por las casas regalando cosas amarillas, color nada popular que a mí me gusta mucho (será porque es el del oro...) y no era ni mi cumple, ni mi santo, ni nada parecido.
Pues no habían pasado cinco minutos desde mi imprecación a mi padre en el Más Allá, cuando Paco entra de la calle con las páginas amarillas de la Telefónica en la mano, y me las tira en el regazo, diciéndome:
-¡Toma! ¡Para tí!.
Caray,caray, caray... si me pinchan entonces no me sacan sangre... Pero yo lo interpreté como una rapidísima contestación de mi padre a mis penitas, y me puse contentisima. Desde entonces estoy segura de que mi padre está con los angelitos, o con quien sea, pero que está bien.
A mí cosas como éstas me han pasado a docenas, pero es porque tengo fe. Es muy importante tenerla. A mis amigos ateos, que son muchos, estas cosas no les pasan. Pero a mí sí. Y es que soy una privilegiada, tengo "baraka", que no es tener suerte, sino, en árabe, "que Dios me mira con benevolencia". En fin, que estoy enchufada en las alturas. Ya me lo decía mi abuelita, que también sabía mucho de estas cosas.
Y quien lo quiera creer que lo crea, y quien no, pues no.
Ahí queda eso.

1 comentario:

mef dijo...

Qué buena esta historia real, y me encantó la naturalidad con que la contás. No sabía tampoco el significado de "baraka"... Genial ! Estas cosas pasan, sin duda... Y las atesoramos en el cajoncito de las mejores vivencias, verdad ? Contanos más, chica, a ver si otros también se animan a contar las suyas ! Es que a la mayoría les pasan, solo que no se animan a decirlas...
:)